lunes, 4 de enero de 2010

Soñar


A veces me siento como si el mundo se volviera totalmente en contra de mí. A veces es como si mi vida fuese un castillo de naipes en el que ya se mueven demasiadas cartas y poco a poco voy teniendo la seguridad de que es cuestión de tiempo, no sé si poco o muy poco tiempo.

A veces necesito un poco de paz. Es decir, encontrar la calma dentro de mi cabeza. Dejar de pensar o discutir conmigo mismo y con los demás. Dejar que la rabia pase del pensamiento a la voz y ésta se vaya muy lejos, tan lejos como sepa, tan lejos como pueda.

He de confesar que soy una persona huraña y malcarada. Soy un hombre al que un bicho le grita al oído que nada de lo que sueña es posible. Soy un hombre poco y mal disciplinado. No soy buena compañía. Me han cambiado tantos años de salir a engañar a otros, demasiado tiempo dejando a un lado a los suyos. Demasiado tiempo solo. Demasiado tarde para socializarse.

Ya no queda nada del que fui. Dudo de si salir a buscarlo de nuevo u olvidarme de él y tratar de arreglar todo esto. Demasiadas confusiones, demasiadas desilusiones.

Si al menos el bicho me dejase en paz... si al menos pudiera dejar de oír su rabia retumbando en el fondo del latir de mi corazón... Sé que tarde o temprano se adueñará de él, sé que algún día el bicho se quedará para siempre con mi corazón.

Antes solía soñar. Tenía sueños, esperanzas, ideas que yo creía que eran buenas ideas. Me creía inteligente, me matriculaba en cursos que abrieran mi mente y mi corazón. Pero nada de ello queda ahora. Todo se lo ha ido llevando la lluvia, las cosas que no tienen nombre se las lleva siempre la lluvia. Recuerda: te gusta caminar bajo la lluvia porque te limpia.

No hay moraleja. No hay buenos propósitos. Esta noche me sumergiré en lo más profundo que encuentre.

Llevo soñando dos noches seguidas con parejas de amigos con los que me cruzo con ellos por la calle y hacen como que no me ven. Me ven, pero disimulan. Y no sé por qué. Si alguien conociera el significado oculto en ese soñar, le agradecería lo compartiera conmigo.


6 comentarios:

hécuba dijo...

De alguna manera, me siento identificada con lo que has escrito. Demasiado.

Espera a la primavera, B... dijo...

Lo siento de veras. Hoy hubiese echado a correr y no hubiera parado hasta llegar al mar, como Forrest Gump. A veces tengo la sensación de que nadie me entiende y que nadie me quiere. Y a pesar de que eso no es cierto (yo entiendo y quiero) creo que ese pensamiento resulta como una coraza, como si pensar eso, me librara de algún peligro incierto. Una paradoja: es como si la soledad me librara de la verdadera soledad. No sé, hoy estoy especialmente irascible, sensible. No sé.
Perdona si te hieren mis cosas. Tengo la piel cubierta de cristales rotos.

Anónimo dijo...

"Como si la soledad me librara de la verdadera soledad", de cuántas cosas nos protejemos así?.

Mon

hécuba dijo...

Yo estos días podría correr hasta el infinito, por eso pateo mis ocho kilómetros, porque es una forma de huír sin huír. No lo sé.
Tus cosas nunca me hieren.

Fiebre dijo...

TONI NO entiendo, con la capacidad que tienes en el fondo de querer, cómo has acabado así.

Me duele a veces leerte.

Espera a la primavera, B... dijo...

Fiebre, que no te duela, las emociones, tú ya lo sabes, son como una montaña rusa. Hay días en los que el mundo es una bajada de vértigo y otras una subida hasta el infinito. Me gustaría poder decir que vendrán tiempos mejores pero ahora estoy así. Y tiene mucho que ver la situación social y laboral. Es así.