jueves, 8 de febrero de 2024

Un lugar en el mundo

Cuando vas por la carretera desde Derio a Asua, a mano derecha se puede ver la torre de control del aeropuerto de Sondika aunque, curiosamente, está en el término municipal de Loiu. Cuando pasé con el coche hace unos días me sorprendió que estuviese tan cerca de las casas, de la carretera, del tráfico. La vi aparecer en el hueco de dos edificios. No lo esperaba. También es verdad que no sabía que estuviese tan cerca del aeropuerto. Fui a comprar unas cosas y al volver a Derio por la misma carretera busqué el punto exacto desde donde se ve la torre. Me prometí que escribiría un post que empezase diciendo "por la carretera que va desde Derio a Asua..." 

No sé por qué lo pensé, o dije en voz alta que escribiría algo sobre mi viaje. Creo que hay un lugar en el que sabes que tienes un ancla imaginario que no supone nada en tu vida y nunca la vas a utilizar para fondear allí. Necesito este tipo de cosas, como el hacer listas o echar de menos a personas que no existen. Antes necesitaba leer o escribir todos los días. No sé qué me pasa ahora, quizá aumentaron mis dioptrías o ya he perdido la esperanza de encontrar lo que busco en las historias que otros cuentan. Sería demasiado fácil entrar en trance y empezar algo que al principio no tuviera sentido hasta que sí lo encontrase a medida que va creciendo, pero no sé escribir, no sé hilvanar historias porque si de algo estoy seguro es de que esta vida no tiene sentido.

Hace tiempo que pienso que la he tirado por la borda, que en un momento que no recuerdo cuál fue, me equivoqué al elegir el camino en un cruce.

Trato de mirar hacia atrás y no soy capaz de encontrar ese momento.

Ahora es diferente. No sé si tengo una vía de escape. No me gusta en lo que me he convertido, pero menos me gusta no haber tratado de ser el otro que quería haber sido.

Si lo pienso bien, ese otro siempre me acompaña. Cuando voy en coche hablo con él. A veces me paro en un lugar y durante unos minutos soy él y no vivo la vida que llevo, soy el otro y siento como debería sentirse. Creo que por eso me gusta conducir: porque me abstraigo y dejo de ser yo durante unos kilómetros. Mi vida queda en suspenso mientras dura el trayecto. 

Creo que cada día que pasa estoy más convencido de que necesito ese cambio. Urano sobre Saturno era el mensajero. Dicen que en ese momento llega la hecatombe. En mi caso así pasó.

No sé si puedo vivir con ello.



4 comentarios:

hécuba dijo...

Has estado por aquí.

Espera a la primavera, B... dijo...

Es curioso el destino. Hacía más de diez años que no iba.
No pude esperar a la primavera.

hécuba dijo...

La próxima vez avisa y te invito a regalices rojos.

Espera a la primavera, B... dijo...

La próxima vez