lunes, 20 de enero de 2020

La belleza de la no belleza



Los japoneses tienen un nombre para las cosas rotas que se arreglan, sobre todo para las piezas cerámicas. Las unen para que se vea la grieta y la pintan con pinturas que le dan una belleza extrañamente entrañable. Wabi Sabi. La belleza de la imperfección.

Creo que a lo largo de mi vida he sido propenso a apostar por cosas y personajes con cicatrices. Toda historia que merezca la pena amarla tiene un conflicto del que se sale vivo pero sin ser la misma persona de antes de ello. Y a mí me gusta compartir eso, sea lo que sea ese eso. Puede que esté desperdiciando mi vida en buscar lo que no me pertenece, pero soy así. Me gustaría no serlo, creo que le llaman PAS, pero es lo que hay. No voy a cambiar hacia algo que creo peor.

Respecto al Wabi Sabi... supongo que la vida es un poco eso. Reconstruir lo que se rompe tratando de que quede lo más estético posible.

Que si se nota porque no hay más remedio, el otro sepa que se hizo con minuciosidad de relojero. Que cuando no se tiene nada, y sólo quedas tú, tu valor es lo que puedes hacer con lo que eres.

La vida cuesta, pero a veces la belleza te sorprende.

Y lo roto también es bello.

Incluso lo que se rompe sin saber por qué y no tiene explicación.

Todo se puede arreglar dejando un trazo único e irrepetible que nos conmueva

8 comentarios:

Amapola Azzul dijo...

No lo sé.
Ojalá pudiera arreglarse todo.

Un abrazo.

JLO dijo...

estamos rotos. Y los pedacitos juntados como vos decís. Saludos.

Jo dijo...

Cuánto has amado se nota por cada marca

hécuba dijo...

Wabi Sabi. Me gusta.

Espera a la primavera, B... dijo...

Mejor que unas cosas se puedan arreglar y otras no. A veces el valor de las cosas tiene que ver con que no se pueden volver a vivir y hay que apreciarlas mientras están enteras, cerca, vivas...

Gracias por pasarte Amapola. La imagen de una Amapola azul es preciosa.

Gracias también por esa visión.

Besos

Espera a la primavera, B... dijo...

Estamos rotos, tienes razón, a veces recompuestos por pedazos que no encajan del todo, algunos con trozos que pertenecen a otras personas. Pero en eso consiste, creo, vivir: hacer lo que se pueda con lo que nos ha tocado. Nos rompemos porque nada ni nadie sobrevive al roce de los días.

Gracias por escribirme, no te imaginas la ilusión que me hace.

Un abrazo

Espera a la primavera, B... dijo...

Amar es como ponerse delante de un martillo. Siempre dependes de cuán valioso eres para el otro y de la fuerza con la que esté dispuesto a golpear.

Aunque yo soy más de pensar que en el fondo, uno quiere ser roto, no ser el mismo de antes de que pasara.

Puede que lo mejor sea aceptar eso: que en realidad nosotros somos quienes nos ponemos delante y nos transformamos.

Un besazo Jo. Espero que estés bien.

Espera a la primavera, B... dijo...

Hécuba, ya sabes, Wabi sabi es algo tan interno de cada uno... quizá por eso nos guste tanto observar en silencio, sentarse y dejar pasar el tiempo acompañados de una buena historia.

Me viene a la mente una fotografía que colgaste en tu blog que hiciste desde tu casa a través de una ventana.

No sé por qué pensé en ello.

Creo que, en el fondo, hay algo detrás de esa fotografía que tiene que ver con algo que se arregla desde la intimidad y la belleza de lo que se tiene al alcance.

Pero claro, son las 0:36 y mi cerebro debe de estar pensando en que es hora de empezar a soñar, así que hoy creo que soñaré con ventanas que dan a alguna parte, no creo que me dé tiempo a contar ovejas...

Besos.

Bandini