lunes, 7 de septiembre de 2015

El mito de Prometeo



El tiempo no nos dio la razón ni nada que se le pudiera parecer. Sin embargo, a veces te pienso con tanto cariño que debo recordarme que tuve que escribir un blog de mil cuatrocientas entradas para que no me importara pronunciar tu nombre en voz alta.

Y conocer gente. Y empezar un proyecto nuevo.

Dicen que a los cinco años todas nuestras células han sido sustituidas por otras nuevas, que cada cinco años podemos decir que somos distintos a los que fuimos unos años antes.

Me pregunto entonces dónde quedan grabados los recuerdos y si esa información se la susurran unas células moribundas a las que tienen al lado justo antes de morir o si, como medida de seguridad, lo que somos, es decir, eso que amamos el uno del otro, en realidad no estaba guardado necesariamente en nuestro cuerpo, sino que era como la atmósfera que envuelve a los planetas; algo invisible y sin el cual no podríamos sobrevivir a la soledad...

... porque seguimos estando solos.

Y aunque nos separen menos kilómetros de distancia de otro ser humano que la que separan a los cuerpos celestes seguimos estando solos.

Nos iremos de la mano de nadie

A ninguna parte.

Así que vivamos tanto como podamos.

Hasta donde nos lleve el aliento

pero con quien nos quiera a su lado.



(La canción ha de entenderse en clave de humor)

1 comentario:

Jo dijo...

resignarse
me dijeron ayer que eso es peor que el mismisimo amor.


no quiero resignarme


:)


no vamos a resignarnos porque ya escribir mil cuatrocientas cantidad de cosas es un motivo genial
no importa que nombre lleve, si lo creaste tu