sábado, 12 de mayo de 2012

Cuenta atrás


Buscando un archivo antiguo en hotmail he ido atrás en el tiempo, como un arqueólogo excavando capas, encontrándome mails y reviviendo momentos que los rodearon. He ido encontrando personas que pasaron por mi vida, algunas fueron sólo estrellas fugaces, otras meteoritos que al impactar contra mi superficie, extinguieron toda vida posible.

Ya no queda casi nadie. Mirando hacia atrás me he dado cuenta de lo mucho que he cambiado y de lo poco que he cambiado, de lo pretencioso que he sido, de lo mucho que he perdido y de lo que me ha supuesto darme cuenta de ello. También me he dado cuenta de que hace un tiempo era una persona que casi merecía la pena.

Pero esencialmente sigo siendo el mismo, y me he reencontrado también con el hombre que fui, a través de mis mails divertidos. Y me han dado ganas de volver a dar alas a toda esa alegría que vivía dentro de mí, y que, ahora caigo, que me definía y hacía felices a los que estaban a mi alrededor.

Anoche estuve con buenos amigos y, la verdad, sentí algo que hacía tiempo que no sentía. Era como si volviera a ser yo mismo. Bueno, no del todo. Y hubo un momento en el que me dieron ganas de sentarme en una terraza a tomar algo y eso... eso hacía mucho tiempo que no me apetecía.

Supongo que las cosas suceden de una forma sutil, que la alegría no aparece un día, sino que se va filtrando a través de la piel hasta, quizá, llegar al hueso. Y yo creo que a veces debemos sentirnos tristes por las pérdidas y hay que escuchar al ser triste que nos habita, nunca sabes cuánto tiempo va a estar ahí de protagonista, pero un día algo cambiará y te hará cambiar, y tendrás ganas de volver a involucrarte con la alegría y entonces, entonces quizá se empiecen a abrir una tras otra todas las puertas.

Cometí algunos errores que he pagado y cometí otros errores que pagaron otros.

Pero eso quedó atrás, encerrado en uno de esos destinos que no sé si siguen abiertos o están definitivamente empaquetados e impermeables.

No sé si la llegada del buen tiempo ha tenido que ver algo en esto. Supongo que sí.

También que las perspectivas de mi trabajo hayan abierto una puerta a la esperanza después de tanto tiempo luchando en la misma dirección.

Espero poder seguir dando guerra y esta vez sí, dar rienda suelta a la novela.

Sí, ya va siendo hora de cerrar otro destino.



1 comentario:

Kaoki dijo...

La alegría, igual que la tristeza, cala nuestros cuerpos igual que el sirimiri que cae a menudo en el país vasco... no te das cuenta y cuando te observas estás mojado sin vuelta atrás.

Esta noche no puedo hacer menos que sonreir por ti.

Muxu bat