jueves, 18 de febrero de 2021

Más allá del profundo mar.


 

Me gustaría saber que en el otro extremo del hilo de araña van las cosas bien, que el tiempo se detuvo lo justo (y en el instante preciso) para empezar de nuevo dándole la vuelta, como cuando giramos un reloj de arena; que aunque el viento sea cada vez más fuerte y el calor más caliente, y los días más imprevisibles y las épocas cambien más rápido, me gustaría saber que todo está bien; que los niños están bien, que hay más y mejor de lo que puede haber más y mejor.

Porque sé que la mayor parte de las verdades cambiaron y que las cosas importantes se volvieron otra vez importantes, y que los mamuts y los unicornios volvieron a extinguirse porque ya no caben en la realidad de los que imaginamos mundos perdidos; que tarde o temprano nosotros también nos extinguiremos porque apenas somos burbujas emergiendo desde el fondo del océano hasta la superficie para fundirnos con la inmensidad del cielo. 

Y saber eso me vuelve más vulnerable a lo que puedo ser y a lo que he sido (sospecho que no varía mucho lo uno de lo otro), y me gustaría creer que me queda algo de aliento y eso quizá quiera decir que también algo de vida.

Vida: Agua y aire. Espacios infinitos entre millones de millones de átomos vacíos. Minúsculos pedazos de elctro-materia asombrados ante la inexplicable luz en una total oscuridad. Eso y poco más. Los sabios del mundo se pasan siglos tratando de averiguar qué es la vida, y quizá la vida sea sólo eso: esa luz y lo que alumbra. Como eso de que nada existe si no lo miras.

 Luz como la que desprenden algunas personas; como la que se prendía en mí cada vez que te leía o te pensaba. Creo que eso nunca lo sabrás. Es más, no podrás saberlo ni aunque me estés leyendo ahora y acabes esta frase en un punto y final y te frenes justo antes de que se convierta en un abismo.

Aquí quise dejarlo.

Pero no pude. Uno no es dueño de su vida. Es la vida la que lo atraviesa a uno: lo quema o lo mantiene iluminado. Lo envuelve y le condiciona.

La materia y lo que se crea y se destruye versus  lo que no se ve y lo abraza y lo parte.

Por eso estoy convencido de que cuando muera seguiré existiendo, porque hay un sol que nos alumbra a ratos y ahí fuera está todo eso de la materia oscura, la anti-materia y esas cosas que cuentan los viejos físicos para asustar a los jóvenes matemáticos. Eso y porque sé que tu burbuja y la mía emergerán desde el fondo del océano para fundirse con ese cielo infinito y entonces sí (tú y yo) seremos una maraña de átomos bailando entre las corrientes de aire y luz que nos arrastren hasta ser el agua (tú el hidrógeno y yo el oxígeno) de la gota de rocío que condense sobre el hilo de araña que nos une y que, como mamuts y unicornios, también acabó por extinguirse.

Aunque yo siga creyendo en ellos aún.

Y quiera seguir creyendo hasta que se apague el último sol de la última galaxia y ya no haya ninguna posibilidad de seguir haciéndolo.


Nada se acaba mientras algo brille y otro algo sienta de alguna forma que ese algo brilla.

Siento que nunca me voy a enamorar como me enamoré de ti.

"de tú"



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