miércoles, 13 de marzo de 2019

I parlarem de tot


 Creo que he llegado a ese puto punto de inflexión del que nadie habla pero que todos saben que existe. Me hubiera gustado haber llegado de otra forma, más humana, no como este cyborg podrido en el que me he ido convirtiendo. No atiendo a las leyes fundamentales de la robótica. Y sinceramente, a nadie parece imporatarle.

Hoy parece que va a llover. Tengo ganas de que llueva cuatro o cinco días seguidos; que el suelo se enfríe y se empape, que tenga la necesidad de estar en casa, en un rincón, leyendo, con mantas y más mantas encima. Soy un mal cyborg también, según se puede ver.

La verdad es que necesito respirar; que mi parte humana pueda dormir por las noches casi en paz.

Esta noche oí un grito en mi oído. Alguien gritaba algo que no entendía. Uuuuuh! decía. Como un fantasma. Me desperté sobresaltado. No le encuentro explicación. Llevo todo el día con mucho sueño. Me quedé dormido después de comer porque a pesar de haberme vuelto a dormir después del episodio del grito creo que no he podido dejar de estar alerta. Es como si no hubiera dormido en toda la noche. Y este vértigo que no se va...

No encuentro una explicación a casi nada.

Nada tiene sentido y al mismo tiempo tengo la sensación de que casi todo está a punto de encontrar ese guión que lo explique.

¿Sabes? A veces me gustaría poder decir aquello de que valió la pena. Pero ahora, cuando más cerca estoy del fin, sé que no valió la pena.

Sé que estoy perdido en alguna dimensión distinta a la que pertenezco. Siempre lo he sabido. Me gustaría poder escribir un tiempo. Dejar de correr en todas direcciones sin saber muy bien a dónde me lleva tanta prisa. Tener una certeza era esencial, y ahora casi casi la tengo

Sólo con pensarlo, con saber que existe, ya me calmo un poco.

Me gusta eso de creer que un día estaré en paz con lo que me rodea.

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