lunes, 24 de septiembre de 2018

La versión sin revisar de la vida con la que soñé soñar.



Daría (Hubiese dado) cualquier cosa por haber sabido escribir de verdad. No digo haberme dedicado a eso; sino haber podido comprender el secreto que une a las palabras para contar historias. Haber empezado algo que fuera como la primera frase de Cien años de Soledad, la primera página de Lolita, los cientos de páginas que no dicen nada en concreto pero que lo dicen todo de cualquier novela de Paul Auster.

Pero decidí perder la vida. Romperla. Destriparla sin sentido. Es imporante saber qué quieres ser y qué quieres hacer cuanto antes.

A veces me pregunto si saldré de en dónde me he metido. Si alguna vez dejaré de soñar con dejar de soñar.

Si diré que valió la pena.

Que al fin y a cabo, elegí la mejor peor opción.

Que no tuve alternativa.

Qué salvé un millón de vidas

O ninguna, pero que mereció la pena intentarlo.

2 comentarios:

Genética Inexacta dijo...

Siempre siempre siempre merece la pena intentarlo, no tengas la menor duda

Espera a la primavera, B... dijo...

Te echaba de menos infinito.