miércoles, 22 de octubre de 2014

Supongo que al final todo tiene un sentido, una última consecuencia, un porqué y un "ah, era eso"; pero a mí, ahora, no me sirve mucho porque llevo demasiados años perdidos tratando de encontrar un equilibrio que no depende tanto de mí como muchos se empeñan en hacerme creer. Por que si fuéramos lo que pensamos y el cambio estuviera dentro de nosotros... entonces ¿qué sería de la compasión o de la solidaridad? ¿del sentido de la dignidad o el derecho a actuar para cambiar lo que no nos gusta?


Busco palabras donde no las hay y me pierdo en la semilocura que es, a veces, querer estar cuerdo cuando la cordura supone hacer lo que otros hacen y pensar lo que otros piensan.


No hay comentarios: