miércoles, 23 de septiembre de 2009

Manostijeras


Tal vez (sólo tal vez) exista un lugar donde no tener que llegar ni del que esconderse, quizá exista un lugar en el que uno no se encuentre, de repente, de la mañana a la noche, aturdido y descentrado, en medio de una calle tan conocida como desconocida. Es más, quisiera que el espacio y el tiempo fueran tan sólidos como el escaparate de una joyería, quisiera ser esa burbuja de aire que se quedó atrapada ahí, en medio del grueso cristal, enfriándose, al que el experto en calidad, después de examinarla y dudar un instante, diera la lámina por buena, pensando que una burbuja no hace nada malo exisitiendo ad eternum en medio de un océano de fría e impentrable dureza.

El otro día, en el tren (he estado varios días sin poder conducir) una señora llevaba una cesta de la compra, sobresalían por encima una caja de cartón con media docena de huevos (recordad que siempre hay que poner lo más frágil arriba y lo más resistente abajo), quizá fue porque esperaba que un cliente me volviera a llamar, quizá fuera porque estaba algo mareado, el caso es que pensé que a veces uno cree que lo que uno quiere es lo que está como dentro de un huevo y lo casca para tenerlo, pero no es lo que uno estaba buscando, uno se da cuenta de que la esencia no estaba dentro, era el huevo intacto en la mano. Sí, ya sé que resulta raro lo de pensar en huevos cuando uno va en tren, pero qué le voy a hacer, supongo que el incidente de la pierna me ha hecho relentizar un poco todo, supongo que viajar con gente desconocida, depender de horarios y vías, dejar para más adelante tareas del todo urgentes, es como sentarse a contemplar las pequeñas cosas.

Las nueve. Voy a llamar a ese cliente que me no quiere, a esa casa de válvulas que está a mi disposición cuando usted quiera pero que se encoje de hombros cuando le pregunto cuál de ellas hay que sustituir en mi corazón para que éste funcione como un reloj.
Hoy es un día extaño, repleto de trabajo atrasado y de facturas que hacer y envíos que cursar; visitas que hacer, sábanas que añorar.

5 comentarios:

Gata dijo...

Vayaa por Dios, estás bajo porq te notas malito, deja q pase Toni sólo eso déjalo pasar, ya verás q pronto todo vuelve a su ser.
Un abrazo
G

Luna Méndez dijo...

Uf, Once es una gran película, y esa canción me encanta :)

hoy por aquí se respira pesadumbre...

Anónimo dijo...

que bonito es tu blog
me encanta!
Me recuerda tantas cosas pasadas......

Gata dijo...

¿crees en las señales? lo de "Once" lo has colgado después...de mi comentario. S si yo te contara, últimamente las canciones me hablan,...pero no les estoy haciendo ni puñetero caso, bueno a algunas si ;))

Anónimo dijo...

Que se cure esa pierna pronto! Veré la peli y anotaré la cancion. Bonito texto, como siempre.
un saludo!