martes, 13 de diciembre de 2022

Lo que pasa en Las Vegas

 


En el minuto 2:10 del video cuando ellos están en una habitación de un hotel en Las Vegas he reconocido qué hotel era, porque yo me hospedé en él. La ventana estaba orientada al mismo lugar, era algo así como un aeropuerto para aviones pequeños, se oían los motores desde bien temprano... con el jet lag pasaba un buen tiempo despierto por la noche y me dedicaba a mirar por la ventana, sin creerme que alguien como yo estuviera en un lugar como ese haciendo lo que estaba haciendo.

Eso fue hace tres años y medio.

Aquel día subí en el ascensor con ella. Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas. Íbamos a plantas distintas, yo dejé de ir a un club de stripteese por acompañarla desde la discoteca en la que estábamos hasta el hotel. Había un camino oscuro y era de noche. Nos caíamos bien desde hacía años. Enero en Las Vegas no es precisamente Japón y sus cerezos en flor por primavera. 

Días después tenía que haber ido a San Francisco a hacer un tour por Universidades... Standford, Caltech,  y por oficinas de los GAFA... Google, Apple, Facebook, Amazon, pero al final no fui a pesar de que la comisión europea me llevaba. Preferí volver antes, tenía la intuición de que debía volver y acerté. Siempre me he preguntado en qué hubiera cambiado mi vida presentar mi proyecto enfrente de los Google y compañía. Nunca lo sabré.

Somos lo que queda de las decisiones que tomamos, la perseverancia con la que perseguimos nuestros sueños y la capacidad de transmitirlos al equipo con el que trabajas todos los días.







sábado, 10 de diciembre de 2022

Te voy a escribir



No creo que te acuerdes, fue durante el surf camp de 2008 en Somo, no hay nada ni nadie que pueda arrancarme de aquella tarde en la playa. No sé, creo que no voy a seguir por ahí.

Siempre escribo que si volviera a nacer haría lo mismo que he hecho en esta vida que he vivido, pero no es cierto del todo. Me alegra haber visto cosas y haber viajado, haberme dado cuenta de que vivimos en una realidad moldeable y llena de señales por todas partes, me llena haber elegido vivir en esta familia y en este estado semi eterno de esperanza y creer en un futuro mejor, pero no sé si equivoqué el camino o sólo es inicio de empezar otra etapa. 

Creo que daría lo que fuera por saber escribir bien. A veces siento que estuve cerca, cuando tú me leías y me animabas a seguir haciéndolo. No puedo evitar pensar en que acabé siendo la persona que no quería ser adaptándome a lo que sí quería hacer mientras soñaba con la vida que quizá había venido a conquistar. Intuyo que no seré un escritor de novelas, pero me gustaría escribir al menos una, la que creo que he venido a contar y que, probablemente no podría si no hubiera vivido la otra vida, la equivocada. 

La que uno elige porque cree que puede asegurar la otra, la de verdad, con la que te sentirías como en casa aunque tuviera más dificultades que la ya torpemente vivida. La vida en la que hubiera conocido a tu madre y hubieras nacido de ella, la de buscar y buscar palabras en lugar de máquinas en un catálogo para llegar a fin de mes y echarte de menos sabiendo que no existes porque no estabas en el futuro torcido de mis decisiones. 

Te voy a escribir esta novela.





domingo, 20 de noviembre de 2022

Todo lo que debo saber cuando llegue el momento

 


No sabría decir el porqué. Tengo la sensación de haber caído en un oscuro agujero, en la espera que va a veces adosada a la esperanza. Porque existe una esperanza sin saber qué queremos que suceda realmente, algo así como una huida hacia adelante que está teñida de cosas positivas, de "cuando llegue estaré bien", de un lugar mejor, de cosas que harán que tu vida tenga sentido, un no dolor a pesar del dolor de hoy, la eternidad atrapada en un instante de felicidad, la constatación de que nuestra vida y nuestras decisiones fueron acertadas.

De que la gente es como creemos que son.

De que somos las buenas personas que creemos ser.

Pero nada es cierto, o al menos sólo tendremos la certeza de que es así desde nuestro marco de referencia, la luz que entra por la rendija que deja todas las tablas que pusieron nuestros antepasados en nuestras ventanas para que no mirásemos afuera.

Nos creemos mejores, pero sólo somos la versión personal de nuestros padres. Acabamos siendo los mismos.

Por eso hay que huir.

Por eso hay que tener esperanza aunque no se sepa por qué.

Hasta que dejemos de correr porque comprendamos que tarde o temprano llegará un día en el que ya no podremos aunque queramos.

A veces pienso que, en realidad, lo que espero es ese día. 

Sentarme y ver qué hice y con quién.

El otro día estuve hablando con un médico al que fui a ver a una charla sobre innovación. La verdad es que casi me duermo cuando le tocó su turno, pero me gustó mucho lo que dijo y cómo lo dijo. Al día siguiente fui a saludarlo para hacerle ver que me había inspirado y que, casualmente, coincidía con mi nuevo proyecto (eso no se lo dije) con el colegio de ingenieros de Barcelona. Al final de la conversación me dijo que no importa hacia dónde irá como viajero, pero sí que con quien viaje deberán ser buenas personas.

A veces soy muy disperso, lo sé, pero aquella última frase me resonó mucho. No sé hacia dónde quiero ir pero sí sé que quiero gente honesta a mi lado.

Con principios.

Hasta el final.


Estas dos palmeras me recuerdan a un jardín que había (no sé si aún está) en la Ronda del Guinardó. Recuerdo un balcón que daba a ese jardín por detrás. Creo que allí pasé los momentos más felices de mi edad adulta. Contradictoriamente, provocaron los peores momentos después. Y de aquello surgió lo de ahora, que también es mejor y a la vez peor de lo que haya vivido. Había escuchado la canción en la radio y fue al buscarla cuando vi la portada del disco.

sábado, 12 de noviembre de 2022

En otra parte

 


Tenia la certeza de que habías coincidido conmigo en otra vida.

No sé dónde ni cuándo

Pero estaba seguro.



lunes, 31 de octubre de 2022

No sabría decir qué es lo que pasa hoy



No sabría decir qué es lo que pasa hoy. Hay un no saber qué pasa ni pasará, una espera sin esperanza, un lugar al que ir sin saber si volveré. 

Ahí afuera hay algo que no sé nombrar. En 2017 dormí a pocos kilómetros del CERN, pocos meses después dormí a pocos kilómetros del área 51. Estos dos hechos por sí solos no quieren decir nada, pero...

... yo no planeé ir a ninguno de los dos viajes.

En 2016 me ofrecieron ofertar una tecnología al CERN. No apliqué porque no sabía cómo hacerlo. Ahora creo que debí presentar mi propuesta.

Luego, una noche, alguien me gritó al oído y me levanté a dibujar algo que no tenía mucho sentido, pero que ahora lo tiene.

He contactado a personas y proyectos con los que podría cambiar el mundo. Todos casi por casualidad. No sabría cómo explicarlo más que con sincronicidades. Debo encontrar a quien pueda explicármelo y ver qué es lo que tengo que hacer.

Me pregunto si las visiones que tuve de adolescente tienen algún sentido y si realmente tienen que ver con la realidad o son sólo una mezcla de delirio y falta de horas de sueño.

Tengo la sensación de no haber vivido. De que todo empezó hace muy poco. Que mi vida no es mía, que ese que la ha ido viviendo no era yo, bueno sí, pero otro yo.

Qué me impulsó a ir a los lugares a los que fui?

Y todas esas coincidencias?

Por qué nadie me entiende?




domingo, 16 de octubre de 2022

Cuando siempre es el momento equivocado




Como casi nunca no sé cómo empezar, casi siempre empiezo diciendo que no sé qué decir, porque aunque tenga un guion escrito nunca sé cómo va a seguir la siguiente frase. Diría que es porque tengo Urano en la primera casa o porque mi vida es pura improvisación y ya está. Me sorprende haya estudiado una ingeniería y que me haya pasado toda mi vida laboral haciendo proyectos. Diría que apenas sé hacerlos, que no tengo un esquema fijo y que, a pesar de saber que eso me penaliza, no soy capaz de darle estructura a nada.

Si paro de escribir me pasa otra vez lo mismo, que debo empezar de nuevo como si no hubiese escrito nada antes.

Y eso ha pasado.



viernes, 7 de octubre de 2022

El centro de la Galaxia

 



Se acercan el día y la hora, no sé si me queda mucho tiempo. 

¿Se puede cambiar el destino? ¿Hubiese podido hacer algo al respecto? 




El observador

 




Al final no pasó nada. Me gusta creer que a veces el destino se puede cambiar uno por otro... sin que esto repercuta en el día en el que todo se sepa.

Vivo pendiente de un error. Si observo mi vida en los últimos años todo tiene un punto de inicio de toda esta mierda. No sé cómo solucionarlo, pero tengo que hacerlo.

Siempre he pensado que todo esto iba para largo, pero quizá no lo sea. Voy a ponerme un plazo: antes de que acabe el año estará todo solucionado.


No sé ni cómo ni cuándo.

Dejo fluir mi pompa de jabón hacia el todo.

Os echo de menos.

lunes, 3 de octubre de 2022

Saturno y Urano



Si es verdad que el tiempo y el espacio (sobre todo el espacio) es algo así como una melaza ligera e invisible y somos una conciencia fractal de otra conciencia más grande, si tú y yo somos átomos de un mismo dios y compartimos esa red universal con todo lo que existe, existió y existirá, si es verdad que aún sigues viva aunque de otra forma a la que no puedo acceder más que muriendo también, eso quiere decir que esto es sólo un cortocircuito momentáneo que pronto terminará.

Si es cierto eso de que el ocho y nueve de octubre, durante la luna llena Urano transitará sobre mi Saturno natal y al mismo tiempo ese Saturno natal estará en cuadratura con Saturno, y venus y el sol transitarán sobre mi Urano en casa uno, y mercurio sobre mi Plutón en casa doce; si es cierto todo eso (y lo es) me quedan pocos días de vida, o de la vida que he llevado hasta ahora.

En las dos conjunciones anteriores murieron mi hermana y mi madre... ya no me queda nadie. Mi vida se ha quedado vacía. Me gustaría que esta vez terminara todo para mí, no me queda demasiado por delante. El viernes hice una tirada a una persona con la que debería mantener una relación laboral estrecha los próximos años... pero yo no salía allí. Como si yo ya no estuviera

Son demasiadas señales.

No se qué va a pasar. Nadie lo sabe. Pero si alguna vez mi vida va a poder dar un giro está siendo ahora.

No sabría cómo explicarlo.

 Si pasa lo que creo que va a pasar y alguna vez me quisiste, no me eches de menos.




lunes, 26 de septiembre de 2022

En los confines de dios

 Me gustaría que todo lo que digo no suene a que estoy loco, pero creo que si sigo va a ser irremediable creerlo. He empezado varias veces a escribir esto, no sé si habrá otra versión más tarde o si, por el contrario, dejaré ésta. Por lo menos es el inicio más cuerdo que he escrito hasta ahora. No sé si podré aguantar este tono durante mucho tiempo. Puede que cuando me leas ya no esté aquí, puede que cuando leas esto ya forme parte de un todo que no sé si de verdad existe tal y como ahora lo entiendo. 



viernes, 23 de septiembre de 2022

El abrazo inesperado.



En cuanto me pongo a escribir sé que no va a salir casi nada bueno. Las primeras frases de lo que sea que empiece no tienen rumbo ni destino. Es como si no supiera quién soy ni qué quiero y eso se trasladase a casi todo lo que hago. Cada instante es un inicio. A veces pienso que tengo un trastorno porque siempre que recuerde ha sido así, ya desde niño no podía planificar nada. Por eso hago listas. Las listas es lo más parecido a un orden que conozco. A veces hago listas de las listas que debería hacer. Tengo la sensación de vivir inmerso en un imprevisible transcurrir de acontecimientos que no tienen sentido. Soy incapaz de prever nada, ni de saber cómo se suelen comportar las personas que conozco, no entiendo algunas normas sociales y por encima de todo, no soporto que me toquen.

Y eso es una pequeña tragedia. Porque no entiendo el porqué, pero los demás, incluso los desconocidos, sienten una atracción inexplicable por tocarme, incluso diría que por abrazarme. Es algo que he compartido abiertamente incluso con mis amigos y confiesan que es así, que sienten la necesidad de que, cuando están cerca de mí, de acercarse lo máximo que pueden y ponerme la mano en el hombro como mínimo. Parece algo inocente, pero en ese momento algo dentro de mí se rebela, pasa de estar escondido a estar en alerta. No creo que tenga ningún trauma de niño, es algo que no me gusta. Por lo general no suelo confiar en nadie, así que no me gusta generar confianza en personas a las que no pienso poner a prueba en una situación en las que confiar en ellas. Porque sé que no la pasarán.




miércoles, 21 de septiembre de 2022

Lo que suceda

 


Entro aquí y escribo por no entrar en la novela y seguir escribiendo allí. No acabo de encontrar el tono, o sí, pero escribo así y punto. No sé más, no entiendo ni una sola palabra sobre qué significa escribir después de toda la vida intentándolo. 

Cuando ella estaba me atrevía a hacerlo. Me decía "no dejes nunca de escribir" y eso hacía. 

Llevo casi un mes para desarrollar la primera escena. Dicen que la primera escena es la más importante, la que hace que alguien se enganche a una historia o no lo haga ya en todo lo que queda de relato. No sé si es muy bien así, quizá debería volver a la escuela de escritores.

En cualquier caso, estoy trabajando y no debería llenar mis descansos con algo que sé que debo cortar en pocos minutos. 

Vuelvo a mi rutina.

Me cuesta creer que sólo somos etapas en la vida de otras personas.






martes, 20 de septiembre de 2022

La conjunción de Urano sobre Saturno natal

 


Cuando escribo muy seguido sin rumbo es que algo va mal. Llevo días intentando decir algo y no sé qué es. No alcanzo a saberlo. Sé que está ahí, pero no consigo identificarlo. Da vueltas dentro de mí como un lamento enjaulado. Antes creía que era el bicho, pero eso era cuando era más joven. Ahora es un ruido sin sonido, es algo que vibra pero no hace temblar nada a su alrededor. 

Llevo días muy cansado. Llego a casa y no sé qué hacer. Demasiado pronto para dormir, sin nada de fuerzas para hacer nada. Tengo la sensación que estoy cayendo a cámara lenta, es una situación que ya conozco, en otras ocasiones me recuperaba pronto, pero esta vez tengo la intuición de que va a durar todo el otoño y casi todo el invierno. 

Faltan veinte días para que me llamen y me den el diagnóstico, no creo que tenga nada, al menos no lo siento así. Creo que sólo será un aviso, un aviso que no escucharé. Cada día que pasa entiendo más a mi hermana, lo difícil es seguir vivo en estas condiciones. Pocos días antes de que me digan lo que me ocurre Urano hará conjunción exacta sobre Saturno. En la primera murió mi hermana, en la segunda murió mi madre... ésta será la tercera, me quedará dos más, en abril del año que viene y en febrero del siguiente. Además coincide que Urano hará cuadratura con Saturno en el cielo en pocos días también. 

Algo se está rompiendo en la cúpula de cristal que hasta ahora me protegía. 

Tengo miedo porque se atrae lo que se teme. Me gustaría pensar que viene algo positivo, pero todo indica que no es así. Cambiará mi vida radicalmente, más aún de lo que lo ha hecho los últimos meses, pero no consigo ver hacia dónde. Imagino que empezaré algo nuevo, ya lo estoy preparando. En otra parte, lo que había empezado hace siete años por fin verá la luz. A veces siento que las cosas son demasiado lentas, que las hago demasiado lentamente.

Sobre la esquina dorada de los oráculos perfectos.

La puerta




Ayer comprendí algo que no estaba en condiciones de aprender hasta ahora. Siento que hay un bagaje ancestral mucho más profundo de lo que creía. Hay algo en pertenecer a una tribu, a tener la identidad de un grupo, algo que hemos olvidado porque no podemos sentirlo. Y creo que en mis relaciones siempre hay algo de eso: de buscar al otro como parte de "lo mío", y claro, eso es imposible porque pertenece a otro linaje.

Últimamente, amigos míos, me dicen que para ellos soy familia. Les diría que mejor que no lo digan porque a mí la familia últimamente se me muere y si atendemos a las señales de los astros aún me quedan tres en poco más de un año. 

Aunque pueden ser otras cosas las que mueran... la empresa, mi hogar, o el que he sido hasta ahora.

Daría lo que fuera por poder poner en palabras lo que siento. A veces creo que estoy a punto de conseguirlo, pero no se mantiene en el tiempo, no soy el que escribe cuando eso ocurre, es como si estuviera en trance durante ese tiempo. Las cosas son así, sólo eso. Entro en trance y paso a ser otra persona, que llega, se mete dentro de mí y escribe lo que le pasa o lo que le gustaría que pasara.

Se va sin avisar.

Incluso antes de haber llegado





lunes, 19 de septiembre de 2022

Hoponopono

 Echo de menos el tiempo que pasamos juntos... 

¿Sabes? Puedo sentir el amor, no puedo describirlo pero sí puedo sentirlo. Si hay algo que no está es el saber que pase lo que pase, hacías lo posible para protegerme.

El vacío que dejan las personas que te importan es que sentías que te importaban sin poder dar una explicación real del porqué era así.

Siempre lo sentí y siempre lo necesité. 

Debió ser frustrante tratar de querer a alguien que no se deja.

Prometo cambiar, pero...

¿Y ahora qué?



Omniversos paralelos

 

Sigues estando ahí, abriendo el campo cuántico, trazando singularidades en un lienzo de espacio con pinturas de tiempo, dibujando omniversos paralelos mientras brillan en la oscuridad recuerdos de planes que ya nunca haremos juntos. 

Es curioso que no recuerde las últimas afrentas, la dureza de los últimos años. No sé cómo ni quién borró eso que ya no puede ser retirado.

Diría que lo siento, que mi parte siempre fue la parte de un personaje huraño y perdido en una maraña cósmica que le sobrepasaba.

Empiezo a entender cosas.

Casi siempre es demasiado tarde para comprender según qué cosas.



 

Si pudieras

 


No sé si me veis. Si acabamos siendo almas y podemos estar en todas partes. Si me echáis de menos o es como este poder soportar la ausencia de momento, aunque en realidad no, no se puede pero se acaba haciendo. 

Ha pasado todo tan deprisa y yo me siento solo y aterrorizado por lo que pueda pasarme a mí y a los niños. He tomado una determinación, pero no sé si podré llevarla hasta el final. Dicen que vuelve otra recesión. No me pilla en mi mejor momento.

Como siempre.

Me gustaría no tener que continuar, pero los niños son aún muy jóvenes y sólo les quedo yo. No siento la vida como una oportunidad, pero no tengo más remedio que salir ahí fuera y hacer ver que es así para que otros lo crean también.

No soy capaz de encontrar un punto de equilibrio.

No sé estar con nadie y tampoco sé estar solo.

Desearía poder dormir sin despertar, no comer, no observar, no sentir.

Pero aquí sigo. 

Seguiré estando de pie

Se acerca la segunda conjunción perfecta de urano sobre saturno. Coincide con que saturno estará en cuadratura con saturno.

Quedará una tercera en abril del año que viene y otra no perfecta en enero de 2024. 

No creía en la astrología más allá de los rasgos de personalidad... En las dos primeras conjunciones se murieron mi hermana y mi madre. Quedan tres más en la misma casa: la de la muerte.

No sé qué hacer.

Es el destino el que se me echa encima. Si sobrevivo acabaré siendo otro que no puedo imaginar. No sé qué quedará ni qué seré.

Ni quién sobrevivirá.

Espero que todo haya sido una casualidad.



martes, 13 de septiembre de 2022

Azar o destino



 Siempre habrá un lugar en el que sentarse con las piernas colgando y un hilo de tela de araña en el que la escarcha se pose.

Siempre creeré en el sortilegio de las voces aunque nunca las escuchara y en la magia de de comprender lo que no puede comprenderse.

Habrá planetas que nos guíen y nos atormenten y conjunciones que nos abran en canal transitando por casas que nunca habité ni me habitaron.

Somos gotas de agua que tarde o temprano regresarán al océano desde el que partieron y al mismo tiempo seremos el mar allá donde vayamos, pertenezcamos a quien pertenezcamos: la nube, el torrente o la lágrima.

Volveré algún día a ser gota de escarcha sobre una tela de araña casi infinita y volveré a soñar con ser el vapor de agua que respiras.

Afortunadamente siempre existirá un pasado que recordar, infinitas fotografías superpuestas que, como fotogramas, nos den la sensación de que todo eso es algo llamado tiempo.

Pero el tiempo no existe, tú y yo somos todos esos presentes uno tras otro. 

Una historia gráfica que sólo existe mientras alguien la lee.



lunes, 12 de septiembre de 2022

No debería quejarme

 


Sigo sin encontrar el tono de voz de la novela. Cada vez tengo más cerca al personaje, pero le falta vocabulario. Como a mí.

Hoy ha muerto Javier Marías. Recuerdo cuando leí "Corazón tan blanco". Me pareció tan sutil y al mismo tiempo tan bien escrita. No entendí muy bien el principio, pero poco a poco me fue atrapando. Hace veinte años quería ser escritor. Hace cuarenta años quería ser escritor. En cierta forma casi ha sido así, porque escribo casi todos los días, pero no sé armar una novela. Estudié cinco años Novela en la escuela de escritores del Ateneu Barcelonés, pero aquí sigo. De eso hace diecinueve años. Siento que he tirado mi vida por la borda, que no he hecho nada, que sólo sobrevivo, pero sin vivir y sobre todo, sin ser.

Puede que sea la crisis de los cincuenta. O que de repente se han ido muriendo las personas que me a quienes quería y me querían incondicionalmente. En eso consiste la soledad. En perder lo inmaterial, lo que de verdad importa.

No sé cómo continuar mi historia porque me he quedado sin personajes.

Y aún me queda más de un año hasta que esto pase...

Me gustaría no tener miedo.



martes, 30 de agosto de 2022

Las cosas




He empezado a escribir la novela. Me ha salido una escena chula pero una forma de narrar que es una mierda. Sólo escribo bien cuando no sé qué decir, como ahora. El resto es como si no fuese yo. Quizá debiera escribir la escena y luego escribir qué pienso acerca de ella. Me gusta el personaje de Helena, pero no me gusta el mío. Es como si cuando escribo la novela yo fuese el personaje que me he inventado para sostener eso que no sé qué soy. 

Ya lo vuelvo a complicar todo. Con lo fácil que sería escribir desde la voz en la que sueño, y leo, y escribo. Yo sé que no sé vivir. Lo sé. Y que la culpa no es del tránsito de Urano sobre mi Saturno natal, es que simplemente no me adapto al mundo, a lo que es o a lo que parece que es. No me gusta ir detrás de nadie ni que nadie vaya detrás de mí. Tal vez debería poner esto como inicio de capítulo y no lo que he escrito. Se me da mal escribir cuando quiero contar algo. Debe de ser mi Urano en la primera casa o mi Plutón en casa doce en conjunción con el ascendente. 

Dicen las estrellas que dentro de poco cambiaré mi forma de vida, que en 2025 no me dedicaré a lo mismo que hago ahora, que algo se acaba y que va a ser complicado de gestionar. Me pregunto qué será y si por fin me irá bien. Daría lo que fuera por que me fuera bien al menos una vez en la vida. Me gustaría poder tener la oportunidad de poder dar lo que fuese por lograr que algo me fuera bien. Ya no te digo poder conocerte, sino que de ser así, nos fuera bien, nos entendiéramos y pudiéramos vivir en paz el uno con el otro y cada uno también en paz consigo mismo. De veras que lo desearía en este mismo instante, zas, como descolgado de un golpe de varita mágica de tu hada madrina. ¿Ves? No se me ocurren estas cosas cuando trato de describir una escena. Sólo cuando pienso en ti se me van las palabras por ahí, cuesta abajo hasta ti, sin esfuerzo, como quien envuelve un regalo que sabe que no va a quedar perfecto, pero no importa porque quien lo recibe lo va a romper enseguida.

Ya me estoy liando. Nos vemos al otro lado de la almohada.


 

sábado, 27 de agosto de 2022

Hacia las nubes

 


No te imaginas lo mucho que me cuesta escribir estos días. Me gustaría creer que no hay un porqué que lo justifique, que sólo es otra cosa más de las que no hago por miedo a lo que viene después. Es no empezar por temor a tener que acabar y viceversa; es el olor a vértigo si el vértigo pudiera ser percibido con los sentidos que no notan el abismo; un miembro fantasma que aún existe aunque no puedas tocarlo, es todo eso que nos engaña porque ya no sabemos qué creer, ni qué ser, ni a dónde ir para estar a salvo.

A veces, te juro que no sé de dónde me nacen las palabras. Es como si no fuese yo o como si sólo fuese yo cuando escribo. ¿Soy el narrador o el que vive mientras no escribo? Creo que nunca lo sabré aunque tú digas que siempre lo he sabido y no he querido asumir lo que es evidente, que es preferible huir hacia a cualquier parte menos a donde vas a estar cómodo. 

No sé si alguna vez supiste esto de mí. No sé si sabías que escribía a escondidas historias sin argumento ni mensajes a nadie ni a nada. No sé si pudiste ver desde allá donde estés qué hay en mi alma ni cuánto me he equivocado o cuánto he acertado.

Dice Urano que Saturno se acaba, que no sabe si alguna vez voy a ser el mismo. Dice que debo cambiar pero no me dice hacia dónde, que si pudiera inventar algo, alguna vez, ya lo habría hecho, que ahora es el momento de hacer otra cosa, que el tiempo ha llegado y que se ha ido otro que no sirve para casi nada ya y del que no voy a poder aprovechar casi nada.

Suelo pensar que ahora es el momento unas diez o doce veces al año, quizás más. Pero ahora es diferente. Me había comprometido a escribir la novela del agua de una vez por todas. Me pregunto si existe una probabilidad de éxito y si por alguna razón ahora será, de verdad, el tiempo exacto en el mejor lugar posible. 

No sabría por dónde empezar, quizá debiera empezar por el amor. El amor es lo que salva las cosas, lo que las apega a la vida y las lleva en volandas hacia otros lugares; sólo el amor reconstruye. Sólo el amor es capaz de explicar el todo, e incluso la nada.

Si en lugar de temer escribir amara escribir todo estaría resuelto, porque no me importaría si al leerme alguien pudiera pensar algo bueno o algo malo sobre mí o sobre la vanidad que me lleva a ello. Me decía mi profesor de novela que uno escribe porque cree que el mundo no puede funcionar sin conocer aquello que estamos dispuestos a contar, que algo fundamental le faltaría si la humanidad entera no conoce lo que tenemos de decir en voz alta. Eso siempre lleva consigo un halo de narcisismo, de superioridad intelectual vanidosa. Puede que por mi formación técnica no pueda dar por bueno algo indemostrable sólo porque quiero contárselo al mundo. Me gustaría poder decir que aporto un granito de arena a la Historia, pero creo que como mucho voy a empezar una temporada de soledad y escritura.

No sé por dónde empezar.

Si supiera como empezar ya lo habría hecho hace tiempo.

Pero ahora empieza un nuevo tiempo.

Ha llegado la hora de la verdad.





miércoles, 13 de julio de 2022

Estoy seguro de que...

 


No estoy seguro de que abriera los ojos y fueras lo primero que viera, dicen que nací despierto, tratando de entender lo que estaba ocurriendo. De lo que sí estoy seguro que cuando me encontré con tu mirada y noté que me mirabas y me hablabas, me tranquilicé al instante y me hundí en un profundo sueño en el que soñé con tus preciosos ojos verdes. Creo que desde entonces los he buscado una y otra vez en otros rostros y me he engañado a mí mismo tratando de ver ese campo de espigas meciéndose en el silencio del viento jugando a través del laberinto. 

Puede que estuviera contigo los últimos segundos, tratando de entender por qué te ibas y por qué yo no podía hacer nada para que no lo hicieras. No sé si pude sujetarte la mano, no lo recuerdo, sé que avisé a la enfermera y que no querías morirte aún, que te daba miedo el otro lado, y que estoy seguro que allí te reencontrarás a quien tú tanto y durante tanto tiempo echaste de menos. 

Estuviste al principio y al final. No sé qué historias nos unen a través de todas estas vidas. Sólo sé que tú cuidaste de mí y yo intenté cuidar de ti. Me dolería creer que te fuiste con otra impresión. Eso, de verdad, no me va a dejar vivir durante mucho tiempo.

Sé que estás en otra parte, no me preguntes cómo lo sé, pero lo sé; que estás allí con papá, con tu hija, con tus padres, con tus abuelos, puede que con Ulises y Penélope, con todos los que quisieron que aquella niña que no iba a vivir, viviera.

Y creciera.

Contigo comprendí que somos enviados al mundo y en cómo las circunstancias marcan a un ser humano u otro, en todas y cada una de las oportunidades que nos son dadas y sobre todo las que se nos niegan.

Tú siempre me lo decías. Y siempre tenías razón.

Quizá lo que yo llamo magia es simplemente llevar tus genes.

Puede que eso sea lo extraordinario.

Desde hoy hasta el día que te vuelva a ver te voy a estar agradecido, casi tanto como lo que te voy a echar de menos.

Tuve buena suerte de tenerte, de haber sido arrojado a esta vida contigo tan cerca para que me ayudaras a salir a flote. Sí, resumiéndolo todo en una sola frase: tuve suerte. Podría decirlo de otra forma, pero es lo que tú sabías y es, de verdad, lo que ahora siento.



martes, 24 de mayo de 2022

El principio del principio del fin


 No sé si es mejor escribir hoy o dejarlo pasar. Me gustaría creer que si escribo se irá toda la rabia que llevo dentro. Lo peor de todo es que no sé de dónde viene, y que ha explotado por alguna razón que tampoco conozco. 

Lo cierto es que este fin de semana he tenido la sensación de que estaba corriendo en una dirección que no sé si es la que quería y si vale la pena el camino que hay que recorrer y el lugar al que quiero llegar. He llegado a una edad en la que imaginaba que mi situación personal sería diferente. 

Si lo pienso bien, si reflexiono, es el punto ideal para replantearme todo, no digo que en donde empezar de nuevo, porque no sé si a esta edad se puede empezar de nuevo. Lo que sí sé es que lo que vive dentro de mí me pide hacer otra cosa, porque la que he estado haciendo hasta ahora no ha funcionado demasiado bien.

No soy bueno en lo que estoy haciendo. Ni lo soy ni quiero serlo. Sólo es una huida hacia adelante que lleva a situaciones de más huida hacia adelante. 

Estoy preparando tres patentes más. No sé si es lo que quiero hacer, ni los negocios que van a salir de ahí van a ser otra huida paralela a las otras que ya tengo.

Tengo la sensación que es hora de tomar decisiones. Y que debería tomarlas antes de que me quede totalmente solo.

No sé qué va a pasar. Espero que no sea lo de siempre.

Lo de siempre es ir hacia adelante cargando con todas las consecuencias hacia ese mismo lugar al que no deseo ir.

Por otro lado, me da la sensación de que he ido demasiado lejos para volver.

Seguiremos huyendo hasta que muera. 

Habré desperdiciado la vida que me fue concedida?

O sólo era otra oportunidad entre un millones de otras oportunidades?

Debería priorizar lo que me da miedo priorizar?





miércoles, 11 de mayo de 2022

Si yo fuera tú




Ya sabes, las cosas son así. Una carrera hacia un lugar que no existe. No sé si lo que hago tiene sentido. Ahora creo que no, pero eso tú ya lo sabes. Quiero creer que desde allí donde estás se ve todo más claro, que no tienes que hacer nada más que ser tú misma.

Sigo sin saber cómo empezar las frases, mucho menos las historias, Me gustaría tener esa fuerza interior para acabar las cosas, pero por alguna razón no puedo. Creo que ambos sabes el porqué y se me hace difícil salir de eso. Me pregunto que hubiera sido de mí de haber tenido otra oportunidad, aunque no me quejo. Supongo que podría ser peor. No creo que pueda escribir algo interesante con el lenguaje que manejo. Mientras, la vida se va yendo hasta que llegue un día de no retorno. Imagino que tú pasaste por eso y creo también que yo tuve parte de culpa.

No sé que ocurrirá a partir de ahora. No sé si me estoy equivocando de nuevo. Me gustaría cambiar cosas, no sé si estoy a tiempo para ello.

Ojalá yo fuera tú para poder ver las cosas con la claridad con las que tú las veías.

A mí se me da mal según qué cosas.

Pero como ya he dicho antes: eso tú ya lo sabes.


 

domingo, 3 de abril de 2022

El color de su voz

Me dice que el amor es un lenguaje y que las diferentes formas de querer son como los acentos, me dice que no se acostumbra a esa manera mía de quererla, que hablamos idiomas distintos y que un día uno tendrá que aprender el vocabulario del otro, y si yo seré capaz de acostumbrarme a sus costumbres, a susurrarle con mis manos las palabras precisas que su cuerpo necesita escuchar. 

Conocerla a ella, a mi edad, ha sido algo así como un regalo inesperado que ya no esperaba encontrar. Sé que es la oportunidad que se presenta cuando se ha terminado el blíster de las oportunidades, la razón por la que el corazón aún seguía latiendo contra todo pronóstico, eso de que si existe algo o alguien que mueve los hilos, aún se acuerda de mí.

Cuando ya no quedaban motivos y sólo rutinas, cuando las mañanas se hacían trampolines desde los que saltar a una piscina de agua helada, cuando ya no pensaba que podía volver a querer y sentirme querido, y ese idioma del que ella habla había perdido la capacidad de incorporar nuevas y hermosas palabras, apareció ella para transformar toda la prosa en algo que se parece tanto a la poesía que a veces puedo sentirme vivo. Con miedo a que todo vuelva a ser como antes, pero vivo.

Tengo la intuición de que ahora, por fin sí, tendré la fuerza para ser quien siempre he sido y cambié por ese cúmulo de rutinas que me mantenían en una inercia que me ayudaba a malvivir. Me pregunto por qué hacemos esas cosas, por qué nos convertimos en un personaje al que interpretar y dejamos a un lado a quien realmente somos.



jueves, 10 de febrero de 2022

Sábados por la tarde






Hay personas de las que intuyes que hay un alma hibernando dentro, lo puedes ver si les miras a los ojos. Está ahí, agazapada, esperando su momento, sabiendo que aún es demasiado pronto, que ahí fuera es demasiado peligroso; que debe crecer, ganar fuerza y tamaño, saber ser sigilosa hasta que todo se vuelva más seguro. Hay personas que se pasan la vida siendo el envoltorio de lo que realmente son, que no se atreven a ser lo que están destinados a ser, que se encierran en un personaje menor para no tener que demostrar quienes son, almas viejas en un mundo que no tiene interés.

Vidas de paso que se extinguen sin realmente vivirlas, vidas burbuja, ese instante en el que acabamos de expulsar el aire de nuestros pulmones y los abrimos para que entre aire nuevo. 

Hay personas que te miran desde muy adentro, desde el fondo de una caverna a la que nunca podrás acceder y de la que no la sacarás hasta que ellas quieran. 

Creo que ella era una de esa clase de almas, que sólo esperaba a sentirse segura para empezar a vivir con nosotros. La notabas entrar en la habitación aunque lo hiciera en silencio, lo sabías porque notabas como algo dentro de ella se acercaba a ti para acurrucarse a tu lado desprendiendo un halo de cariño inexplicable y con el que sólo querías corresponder con un abrazo que nos curara a los dos de una herida de la que ninguno de los dos éramos conscientes. 

A veces nos sentábamos juntos a ver los dibujos animados de la televisión y estoy seguro de que era más por estar sentados el uno al lado del otro que por los mismos personajes y sus peripecias. Era la oportunidad de reír junto a alguien que intuías que te comprendía. Era estar en casa sintiéndote en casa.

Creo que sólo pude comprenderlo muchos años después, cuando ya era demasiado tarde, porque se hace tarde sin darnos cuenta hasta que se hace imposible volver a ese punto en el que puedes compartir eso que sientes sin parecer un marciano. 

Si hay algo que deseo es que en el cielo haya tanto amor como el que desprendía su mera presencia y que algún día podamos sentarnos el uno al lado del otro para ver dibujos animados con sofá, manta y merienda. Como si no hubiera pasado nada. 

Como si en verdad hubiera segundas oportunidades.







sábado, 1 de enero de 2022

Quizá teníais razón

Se acaba el tiempo y yo sigo perdiéndolo. No sé si me lo podré perdonar.