viernes, 14 de diciembre de 2018

Todo empieza en Las Vegas


Como siempre llego justo a tiempo. Casi sin aliento. Me gustaría poder tener ese hueco inerte, paz, silencio. Nada.

Acelero.

Mi vida es una ganzúa que me tiene enganchado a algo y me arrastra.

Sé que yo no soy yo. Al menos no lo soy del todo.

A veces tengo la sensación que el yo que soy en realidad sólo se asoma por una rendija, como un animal salvaje atrapado en una caja de madera, en tránsito hacia un lugar desconocido ajeno a su voluntad.

Estas semana he conocido a un astrofísico francés de avanzada edad que me ha dicho "te estaba buscando".

Estoy negociando con una empresa sueca de muebles algo muy muy grande.

Como si todo por fin se alinease, como si la meta estuviera ya a la vista.

Creí que estaría más contento cuando llegara.

Pero siento la necesidad de no estar demasiado feliz. Como si el peso de todo lo vivido me aconsejara hacer las cosas con calma.

Respiro.

Los días pasan rápido.

(...)

Este año pasaré una parte de las vacaciones en Estados Unidos.

Siento vértigo.

Estoy aterrado.

No estoy acostumbrado a los halagos. Me siento incómodo. Me guataría quedarme en la habitación del hotel y que me dejasen en paz.

Me gusta mirar las luces por la ventana.

Hay lugares en los que he soñado estar antes y he llegado a conclusiones que sé que son el cúmulo de muchas historias que no son mías mezcladas con escenas de películas o series.

Estoy pensando alquilar un coche y volver a San Francisco por carretera.

Sigue habiendo un hueco en mí.

Algo que sé que muchos otros comparten, que puedo ver detrás de una mirada o intuir al leer un puñado de frases escritas.

Y he empezado a escribir un ensayo que probablemente será publicado originalmente en inglés.

Sé qué hacer.

He tardado demasiado tiempo en llegar hasta aquí como para no haberlo previsto casi todo.

Si miro hacia atrás veo que todo lo que he hecho y que no tenía sentido entonces, hoy lo tiene.

El curso de novela, este blog, las magias blancas, los errores pasados, análisi transaccional, los pactos con el diablo...

... quemarme.

... no haberme quedado al lado de personas que creía que iban a estar ahí.

... haber dejado marchar a quien no debía estar...

Lo doy todo por bueno.

Si perder de vista el objetivo.