miércoles, 13 de julio de 2022

Estoy seguro de que...

 


No estoy seguro de que abriera los ojos y fueras lo primero que viera, dicen que nací despierto, tratando de entender lo que estaba ocurriendo. De lo que sí estoy seguro que cuando me encontré con tu mirada y noté que me mirabas y me hablabas, me tranquilicé al instante y me hundí en un profundo sueño en el que soñé con tus preciosos ojos verdes. Creo que desde entonces los he buscado una y otra vez en otros rostros y me he engañado a mí mismo tratando de ver ese campo de espigas meciéndose en el silencio del viento jugando a través del laberinto. 

Puede que estuviera contigo los últimos segundos, tratando de entender por qué te ibas y por qué yo no podía hacer nada para que no lo hicieras. No sé si pude sujetarte la mano, no lo recuerdo, sé que avisé a la enfermera y que no querías morirte aún, que te daba miedo el otro lado, y que estoy seguro que allí te reencontrarás a quien tú tanto y durante tanto tiempo echaste de menos. 

Estuviste al principio y al final. No sé qué historias nos unen a través de todas estas vidas. Sólo sé que tú cuidaste de mí y yo intenté cuidar de ti. Me dolería creer que te fuiste con otra impresión. Eso, de verdad, no me va a dejar vivir durante mucho tiempo.

Sé que estás en otra parte, no me preguntes cómo lo sé, pero lo sé; que estás allí con papá, con tu hija, con tus padres, con tus abuelos, puede que con Ulises y Penélope, con todos los que quisieron que aquella niña que no iba a vivir, viviera.

Y creciera.

Contigo comprendí que somos enviados al mundo y en cómo las circunstancias marcan a un ser humano u otro, en todas y cada una de las oportunidades que nos son dadas y sobre todo las que se nos niegan.

Tú siempre me lo decías. Y siempre tenías razón.

Quizá lo que yo llamo magia es simplemente llevar tus genes.

Puede que eso sea lo extraordinario.

Desde hoy hasta el día que te vuelva a ver te voy a estar agradecido, casi tanto como lo que te voy a echar de menos.

Tuve buena suerte de tenerte, de haber sido arrojado a esta vida contigo tan cerca para que me ayudaras a salir a flote. Sí, resumiéndolo todo en una sola frase: tuve suerte. Podría decirlo de otra forma, pero es lo que tú sabías y es, de verdad, lo que ahora siento.