domingo, 5 de febrero de 2012

Fin

Hace un rato que se ha ido. Cada vez las historias me duran menos. Dos días, esta vez no ha llegado ni a dos días, si me lo tomara a bien, supongo que llamaría al record Guiness de los récords y me pegaría la vacilada. Sabía que era algo imposible y pasajero, lo supe desde que se presentó en la puerta sin maleta, o puede que lo supiera antes, en cuanto escuché su voz y me dijo que estaba en Barcelona.

Supongo que dejas escapar oportunidades... que la mujer de tu vida es, en realidad, eso que debería tenerte reservado el destino y debería ser sí o sí. Pero el destino es un mapa trucado con una brújula imprecisa, nos lleva a lugares a donde no queremos ir en lugar de de llevarnos a donde deseamos establecernos.

Cuando acabamos de comer me dijo que tenía algo que enseñarme. Cogió el teléfono móvil y empezó a enseñare fotos de una niña preciosa. Me dijo cómo se llamaba, que tenía tres años, que era su hija. Había otras fotos, donde salía el padre, no tenía cara de ser un buen padre, es decir, no tenía cara de contar cuentos ni de bajar al suelo y ensuciarse los pantalones de tierra. Tenía cara de casa cara y buen trabajo, de excursiones los domingos, de segunda residencia en la montaña, tenía cara de saber lo que quería, de no leer novelas, de no llorar con las comedias románticas ni si quiera de verlas. No pegaban ni con pegamento extra-fuerte, pero quizá me cegaba la subjetividad del que tiene a su mujer entre los brazos.

En ese momento supe que quería decirme que era el momento de irse. Yo no reunía las condiciones para sustituir el mundo que tenía. Ni tan siquiera creo que estuviera segura de que quería verme, creo que todo le surgió como un impulso, quizá tuvo una corazonada y se vino hasta la puerta de mi casa y estuvo dando vueltas sin saber si llamar o no al interfono. Supongo que tampoco me vio demasiado fuerte, o que mi vida había tomado otro rumbo que me llevaría a otros lugares, detrás de mi patente. Y creo que pensó que era demasiado riesgo cambiar el guión que tenía escrito.

Le dije que se trajera la niña y mientras lo decía pensaba en que mi casa no era la adecuada, o que debería comprar muebles y no tenía dinero para ello, que no estaría preparado hasta dentro de unos meses, sentí que dejaba pasar de nuevo la oportunidad de ser lo que debíamos haber sido. Lo dije de corazón, porque soy un imbécil, porque no sé ser de otra forma, en menos de diez segundos había vendido la patente y ya no me importaba tanto que alguien pudiera aprovecharse de ella si me daba lo suficiente como para darle una buena vida a ella y su hija. Todo lo que creía que me importaba en mi vida no tenía sentido.

No he querido despedirme de ella, le he dicho que no quiero despedirme, como los niños pequeños que no quieren decir adiós cuando no quieren que te vayas. Me he cerrado en banda y le he dicho que ella sabe igual que yo que nos entendemos mejor que nadie el uno al otro, que cuando se fue lo que le eché en cara no fue otra cosa que traicionara eso que ella y yo formábamos. Que volviera estos días me confirmó que ella pensaba lo mismo. No sé qué más hubiera podido hacer.

Bueno, se ha ido, era lo normal, y no soy quién para decir nada de lo que ha pasado este fin de semana. De veras. Sinceramente, espero que dé señales de vida, que aparezca cuanto antes y me diga lo que quiero oír. No debe ser fácil, no creo que sea sencillo lo que se planteó y le impulsó a hacer lo que hizo este fin de semana. Imagino que no se encontró al toni que esperaba o sí se lo encontró pero le volvió la cordura. El caso es que uno no puede elegir quién se va a quedar en su vida, siempre decide el resto, como nosotros decidimos si formamos parte de la vida de otros.

Me he tomado una taza de te en una taza que me regaló para cuando viniera a mi casa, nunca vino, y que he guardado todos estos años para la ocasión. Era lo único que me quedaba de ella, eso y un bote de menta que debe estar caducado.

Empiezo a pensar que estoy cansado de ser siempre el otro, el plan B de los sueños de nadie, creo que empiezo a estar en el límite de eso que algunos llaman las circunstancias. En los últimos años no he hecho más que dejarme llevar, como si la vida no mereciera vivirse, y apenas hace unos meses que me planteé que quizá sí mereciera la pena. Supongo que hay cosas que son difíciles de comprender de inmediato y es el tiempo el que te acaba empujando sin sentido, por ese mapa tramposo y esa brújula que acabas por no hacerle caso.

No sé qué va a ocurrir, ni hacia dónde me llevará el destino, pero aunque no me creas, antes de que ella me llamara sabía que lo haría, estaba seguro que estaba a punto de hacerlo. Y sigo teniendo esas intuiciones que me llevan a ver el futuro con optimismo.

Creo que tengo la capacidad de ser feliz.

Y creo que ella vino porque quería probar aquella felicidad de nuevo.

Siempre pensé que estábamos hechos el uno para el otro, pero eso no es sinónimo de que lo estuviéramos.

Reconozco que estoy triste y feliz al mismo tiempo.

Es como si se hubiera cerrado una etapa de mi vida, que aquello seguirá siendo eterno aunque ninguno de nosotros estemos allí para vivirlo.


8 comentarios:

Kaoki dijo...

¿Estás seguro que no es sano dejarse llevar por la vida?. No sé... también es un gasto inútil luchar contra ella. Yo creo que hay que aprender a disfrutar de lo que la vida nos pone a nuestros pies, sin plantearse cuándo o cómo acabará (aunque estemos seguros de que así será).

Lo que si creo muy nocivo es dejarnos llevar por las personas, acoplar nuestras actuaciones exclusivamente a nuestros sentimientos y no saber ser objetivos. Saber dar a quien realmente se lo merece y decir un NO con mayúsculas a quién no se lo merece.

La vida te dio un fin de semana. Piensa que has sido afortunado porque has tenido.

Muxu bat

Cristina Polidura Varela dijo...

Deja de ser el plan B
Pásate al A!!!
Y sino como tú mismo dices...será eterno sin que lo vivais...me pongo en tu situación y te entiendo.

Abre puertas a tu corazón, nunca es tarde!

Un besazoo!

Cristina Polidura Varela dijo...

ufffffffff Me encanta Pablo Alborán, la canción que has elegido es preciosa!

Espera a la primavera, B... dijo...

Kaoki, creo que me dejé llevar y creo que ella tiene claro qué es lo que quiere en realidad: lo mejor para su hija. Y entiendo que las cosas sean así aunque no me guste. Ella tiene la decisión, pero no voy a estar esperando toda la vida.

Nadie merece la pena y todos merecemos el esfuerzo. Ser valiente, a veces, es darse cuenta que se es un cobarde y actuar en consecuencia.

Por mi parte no hay rencor. Es más, no pensé ni un instante en cómo me sentí cuando se fue. Me sentí bien. Para mí fue un regalo, como tú dices, pero la gente no puede aparecer y desaparecer de tu vida a tu antojo. Hay regalos que se envenenan y le agradezco que no me inoculara una dosis letal.

No sé, quizá es que las cosas no son difíciles, los difíciles somos los que las vivimos.

Por cierto, me ha gustado mucho volver a saber de ti. Tú también habías desaparecido y en cierta forma, has vuelto.

Besos

Toni

Espera a la primavera, B... dijo...

Con el tiempo, tulipanes, me he ido acostumbrando a esto, al plan B. Creo que es porque estoy en medio de la nada. No estoy bien definido. Ni lo suficiente artista para despertar la parte bohemia ni lo suficientemente empresario como para tener una vida cómoda. A mi edad debería haber triunfado y al parecer nadie confía que lo haga ya.

A cierta edad lo normal es que tengas un presente estable, que permita que tus hijos tengan de todo. Yo no soy esa persona. Quizá lo sea dentro de unos meses pero no lo soy.

A cierta edad vales lo que tienes. Y negarlo es pecar de iluso.

Es lo que hay.

Besos

Toni

Espera a la primavera, B... dijo...

No sé si me gusta Pablo Alborán, me gusta cómo entona y sus canciones sencillas, no todas. Ésta era la primera vez que la escuchaba. Me gustó.

Más besos

Toni

Daltvila dijo...

Este fin de semana ha sido un regalo para ambos, para ella y también para tí, pues como dices has descubierto que sigues conservando la capacidad de ser feliz y supongo que tu autoestima tiene que haber crecido notablemente. Si ella te buscó fue, si duda, porque fuiste y eres alguien muy importante en su vida y te quiere. Ahora creo que solo deberías verlo de esa manera y, si alguna vez regresa, el tiempo dirá, pero lo dirá entonces.
Como se dice vulgarmente "Que te quiten lo bailao". Es infinitamente mejor esto a nada, pues has vivido intensamente.

Un abrazo y felicitaciones por la foto escogida. Me gusta ese rayo de sol:)

Espera a la primavera, B... dijo...

Supongo que hoy es un día de resaca emocional. A veces me gustaría estar hecho de otra pasta, me gustaría ser un poquito más cínico, poder reírme de las situaciones, saber decir "tú te lo pierdes" pero no puedo evitar que, a pesar de que ya voy aprendiendo, la realidad me arañe de vez en cuando con sus uñas de gata.

En otro tiempo hoy estaría más triste pero no lo estoy. Me siento bien, me siento de una forma que antes no me sentía. Creo que, en el fondo, todos tenemos ese punto de no retorno pendiendo de un hilo sobre nuestras cabezas. Y un día se corta.

La foto, aunque te parezca una tontería, la escogí pensando ti, en lo que a veces me dices sobre abandonar la tristeza.

Que tengas un bonito día.

Besos

toni