martes, 17 de mayo de 2011

Volvería a morir por ella


Me gustaría creer que las cosas que ocurren vienen y van del azar a la realidad como las olas lo hacen desde el centro del océano hacia una orilla. Pero no lo creo.

Me gustaría tener aún el corazón tan limpio como cuando empecé a escribir este blog, hace tres años, tres meses y tres días, saber que aún soy capaz de amar hasta el punto de morir por ella. Reconozco que estos tres años, las personas que he conocido durante este tiempo, los hechos, los trabajos, los deseos, las traiciones, las alegrías truncadas, las felicidades seccionadas y las incomprensiones mutuas me han convertido en un hombre distinto al que era. Y no me gusta. Pero sé que he madurado y eso ya es una base para empezar a ser, de aquí en adelante, alguien que vive.

Me gustaría llevar regar la vida de otras personas... con agua... con proyectos, con historias. Dejar de creer en el individuo primero trajo tristeza, luego trajo el que empezara a creer en el Individuo, en la humanidad. Sé que soy un iluso pero me da igual si ser iluso me lleva a tener toda esta sarta de ilusiones.

Me gustaría que las cosas hubiesen sido de otra forma pero si llegar a este punto de mi vida implica haber tenido que pasar lo que he pasado, firmo. Y firmo las cosas malas que me pueden pasarme en poco tiempo porque nada es del todo malo, de la misma forma que vivir conlleva morir, también implica aprender a vivir, a ser, a dar y a recibir. Sigo aprendiendo (eso sí, como soy duro de mollera a base de hostias).

Puedo afirmar sin dudarlo que es, probablemente, la etapa más agotadora y difícil de mi vida hasta ahora, pasarla me está haciendo ver y entenderme a mi y mucho mejor a mi entorno, recuerdo que he pasado otras etapas malas, en la infancia o en la adolescencia... pero ninguna como ésta; me siento tan fuerte como consciente pero es que uno, a lo largo de su vida se fortalece y toma consciencia, es ley de vida y al mismo tiempo es una elección vital.

Esta mañana ha florecido (una sola flor) el bonsai que tengo en la cocina. A pesar de que se ha secado uno de sus troncos, a pesar de ha recibido ataques monstruosos por parte de Ulises para comerse sus hojas para purgarse, a pesar de su soledad en la esquina junto a las ventanas, su naturaleza es dar flores cuando llega la primavera... en nuestra naturaleza está también en dar lo mejor.

No sé cómo saldré de ésta pero saldré, no sé cuánto viviré ni si podré llegar a todos los lugares a donde quiero llegar con el agua. Sí sé que de la misma forma que amé en el pasado hasta el punto que cuando se acabó me dolió tanto que casi no pude soportarlo, seguiré apasionándome y seguiré dando lo mejor de mí en cada momento.

Uno siempre tiene la opción de ver el mundo como un lugar peligroso o un lugar de oportunidades. Nunca sabes qué ocurrirá pero es mejor vivir pensando lo segundo.

Si has llegado hasta aquí te desafío a que ya que vamos a morir tarde o temprano, hagamos que nuestra vida merezca la pena haberla vivido.

Nunca es tarde para un nuevo proyecto.

Ni demasiado pronto.

No te conformes con un beso, pide la bolsa entera de besos.

No te escondas, cuando queda tanto tiempo (o no) y tanto por vivir...

1 comentario:

Tonta dijo...

Qué buen rollo me has dado!!!
Totalmente de acuerdo que de lo malo se aprende, y lo que no mata...nos hace fuertes!!
Una bolsa de besos para ti, que hoy los has ganado ;)