miércoles, 4 de mayo de 2011

La excusa más cobarde es culpar al destino...


No sé si será la primavera, o esta sucesión de noches de cuatro horas, noches insomnes de nuevo, noches robadas a todas las estrellas que pululan por entre las nubes. Mayo se rebeló lluvioso, por lo menos al principio.

Y me faltan las palabras y se me cierran los ojos, y sigo sin dormir, porque sospecho que te sueño y eso... eso no puede ser bueno.

Las palabras me faltan para responderte a lo prometido. Soy un hombre a quien sus promesas persiguen, como aquellas películas mudas de policías con porra y Ford-T, y traje de presidiario a rayas, y sargento con bigote y ojeras artificiales.

Y se me cierran los ojos... pero no puedo dormir, por si te sueño.

4 comentarios:

Mía dijo...

Bonito texto...
Te sigo leyendo.
Cuídate.
Ciao.
;-P

flower dijo...

¡Qué bonito escribes!

Espera a la primavera, B... dijo...

Heidi, qué bonito que entres por aquí y me leas como yo te leo.
Besos

Espera a la primavera, B... dijo...

Gracias, Flower, para mí es un privilegio recibir tu visita.

Un fuerte abrazo