jueves, 26 de enero de 2023

Plutón



Hace días que C quiere que nos veamos, casi los mismo que hace que yo trato de evitarlo. Recuerdo cuando era yo quien quería verla, no hace tanto tiempo de eso, del día en el que pasamos por la carretera del Garraf y yo tenía que hacer esfuerzos para mantener mi atención en cómo conducir y escucharla al mismo tiempo. Ya entonces sabía que no congeniaríamos nunca, pero no me importaba. A veces sé que las cosas no van a ser como creo que van a ser e igualmente sigo adelante. Creo que a mí también me iría mejor si me escuchara de vez en cuando y tomara las decisiones que sé que debo tomar, o más bien dejara de tomar las decisiones que no debería. Creo que es por que Plutón está en conjunción con mi ascendente, o porque soy imbécil. Puede que sean las dos cosas al mismo tiempo. No sé.

Creo que C quiere decirme que ha conocido a una persona. Me gustaría decir que no me importa. Es cierto que hace unos días no me importaba, pero claro: porque no había ocurrido. O al menos así lo pensaba. El caso es que sí me molesta. Me repiten constantemente que hago que las personas que me importan se sientan solas. Puede que sea eso lo que me pasa, que me gusta tanto la soledad que la regalo como si creyera que es un obsequio. Creo que no me gusta estar con gente, que mi estado natural es hacer lo que me da la gana sin dar explicaciones. C nunca me las ha pedido, ni yo a ella. Era un pacto de los que se sabe que tarde o temprano uno necesitará romper y cuando ese día llega nunca soy yo quien lo hace.

Me llama por quinta vez en dos días. Si no descuelgo la llamada quizá se canse y deje de llamar. Sería triste acabar así, pero no sé qué le diré cuando saque el tema de que se ve con otro y me bloqueo. La noche pasada dormí mal, apenas tres horas. Estuve escribiendo parte de la novela, pero luego lo borré todo. No soy capaz de encontrar mi voz si es que la tengo. Daría lo que fuera por tener algo que contar y saber contarlo como lo hacen los autores a los que leo. Suelo pensar que es imposible que toda esa trama salga de la cabeza o el corazón de alguien. A mí no se me ocurre nada. Sólo pienso en C y en que me gustaría poder decirle que puede que haya alguien que la haya querido más que yo, no lo dudo, pero no de la misma manera.

Me duele pensar en ella, no por que esté con otro, si no porque siento que no pude darle lo más mínimo para que tuviera una razón para quedarse a mi lado. Creo que si me hubiera esforzado sólo un poco no hubiese dejado ese espacio para que entrara nadie más en su vida, pero si lo pensara objetivamente no le di ninguna otra opción. 

Esta vez no me voy a hacer la promesa de cambiar, no sirve de nada. Soy el que soy y a excepción de estos malos momentos puedo llevar una vida más o menos normal. Sé que tarde o temprano acabaré en una residencia, solo y a merced de cuidadores que difícilmente me verán como un ser humano completo hasta que al final muera arrepintiéndome de no haber hecho más para convivir con otros. Creo que soy consciente desde niño; que viviría solo y moriría solo; como si esa fuera la temática de mi vida, pero en días como hoy me planteo que quizá en algún momento tuve la oportunidad de cambiar eso y si ese momento no es este instante en el que estoy escribiendo esto.

En cualquier caso, las cosas son así ahora, puede que al final pueda encontrar esa soledad solidaria entre dos almas solitarias que compartan los días sin dejarse demasiado en ello. No sabría decir si eso es triste o un motivo para estar contento; de veras que no lo sé. 

C vuelve a llamar y le descuelgo el teléfono.

Me pregunta que por qué no le cojo el teléfono y le contesto que porque pienso que me va a decir que ha conocido a otra persona. Después hay un rato de silencio en el que imagino que está tratando de encontrar las palabras adecuadas. Me dice que sí, que es así, que debemos dejar de llamarnos y vernos durante un tiempo, hasta que podamos ser sólo amigos, como si eso fuera posible. Le digo que sí, que dejaremos pasar el tiempo. Nos decimos adiós y nos deseamos buena suerte, yo a ella para que le vaya bien y ella a mí para que encuentre a alguien con quien sea feliz aunque los dos sepamos que eso va a ser difícil. Antes del colgar le digo:

"Oye C, espera. Puede que no haya sido quien más te ha querido, pero estoy seguro que nadie te ha querido de la misma manera".

No dice nada durante unos segundos. Creo que si pusiera atención podría escuchar cómo trata de buscar las palabras dentro de su cabeza como si buscara la ropa adecuada que ponerse abriendo y cerrando los cajones de una cómoda. "Estoy segura de ello" dice por fin. Puede que hubiera encontrado un argumento para rebatir lo que le había dicho, pero no ha querido seguir hablando conmigo. Al final ha desdoblado el mensaje que menos le comprometía, el más neutro, el que me da la razón porque ya no le importa quién la tenga, porque no tiene la intención de que hablemos como lo hacíamos hasta ahora.

Cuando cuelga me quedo sin saber qué pensar. Nada pasa por mi cabeza. Me convierto en corcho y floto en una corriente que no sé hacia donde me lleva. 

Es tarde y hace varias horas que ha oscurecido. Sigo reaccionar cuando me meto en la cama. No sé cómo pero sé que voy a dormir de un tirón a diferencia de los días anteriores.

Pienso en si Plutón también tendrá algo que ver con lo de hace un rato, pero no puedo pensarlo durante mucho tiempo porque me quedo dormido rápidamente.



1 comentario:

artur dijo...

Contestar a la trucada li va fer més bé, que mal... deixar les coses sense finalitzar generen angoixa.
I sempre queda la esperança d'un nou canvi !.
Salut !.