viernes, 28 de diciembre de 2012

Olvido qué es la libertad



Me gustaría poder escurrir los sueños que tuve anoche, cuando soñé contigo sin arnés ni cuerda que me ataran al despertar por la mañana. Recuerdo lugares que no existen, personas que no son más que personajes de novelas que he leído. Y tú en medio de todo ello, tiene gracia, una estatua de mármol que no puedo recordar ahora porque se me han ido los sueños por el mismo lugar por donde se va el agua de la ducha, y de donde no regresan.

Esta noche te he escrito con las manos una historia de piel que nunca acaba. Y ahora, que me vencen de nuevo las ganas de dormir, me pregunto si volveré a esculpirte con palabras lo que con mis manos pierdo cuando despierto.

Yo sé que existes, no podría vivir contigo en ese otro mundo si no existieras de verdad en éste. Y es eso precisamente lo que me inquieta, que vivas tan lejos que sólo te pueda alcanzar cuando los dos dormimos el mismo sueño.

Y que al despertar me hayas olvidado.

Y que yo tarde en olvidarte esos malditos minutos.

Y que se me haga tan insoportable perderte que recuerde todo el tiempo que te olvido todos los días.

No hay comentarios: