Tal vez ser humano consista en eso. En estar sólo medio cuerdo para poder tomar el impulso necesario para que los sueños cojan la inercia de los deseos, para poder llegar a algún lugar en el que importen pocas cosas, para encontrar por fin la calma... dejar de correr, de perseguir a nadie, de que te persigan.
¿Y si los deseos me llevan hasta ti?
8 comentarios:
Si los deseos te susurran al oído…,hazles caso.
Síguelos, que nunca se sabe, lo mismo te llevan a sitios que superan a los mismísimos deseos.
Un besote fuerte y grande como un castillo medieval!
Estoy con Olga ;P
Sí! que maravilloso comentario. suzanne...
Mis deseos... a veces tengo miedo a que se cumplan porque desmontarían todo este personaje que me he ido construyendo con los años.
En realidad sólo tengo un deseo. Un deseo que comparto con todos los que escribimos para el viento.
Ya sabes de que estoy hablando...
Los personajes se destruyen.. sí, pero tras la máscara queda la persona que los ha creado y sabe de qué está hablando. Y eso es lo importante, no el personaje.
¿como la piel que envuelve a la amapola?
Sí.. Las amapolas saben de las piel que las cubre, entienden que las protege, perciben que nada les puede pasar allí adentro, tan frágiles como son. Pero también intuyen que si quedan dentro nunca las moverá el viento, nunca podrán ofrecer a nadie el maravilloso espectáculo de sus pétalos brillando al sol, marchitando el rojo en su interior.
Y salen.
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