jueves, 31 de octubre de 2019

Un trillón de trillones de soles brillan dentro de mí cuando tú me piensas



Me dice que la gravedad es la gran mentirosa, que el suelo sólo existe en el momento en el que un cuerpo interactúa con él, que es como aquello de que un árbol hace ruido al caer en el bosque cuando no hay nadie para escucharlo, que el observador lo es todo, que la realidad sólo se crea cuando nosotros la creamos con nuestra presencia.

Pero todo es mentira.

Lo sé. No me preguntes el porqué.

Sé que a pesar de todo eso entiendo que su gravedad es igual a la mía y que si fuéramos tan creadores como dice, la mía sería distinta a la suya.

No me ataría tanto. Estaría a tu lado en un salto, inventaría alguna trampa en el espacio-tiempo para haberte conocido antes. No sé, estoy seguro que mi observador haría trampas para rozar con la yema de mis dedos cualquier parte de la esfera de tu mundo que crea la percepción de esa observadora que eres cuando observas.

Como si empezar a leer este post no existieran estas letras hasta que las lees.

Como si en realidad yo no las estuviera escribiendo hace un rato a un trillón de trillones de átomos de distancia.

Si no que se crearan a través del deseo de leerlas y que expresen lo que estás leyendo ahora porque imaginas a alguien como yo haciendo algo como esto.

Pues bien, algo así me pasa contigo.

2 comentarios:

Jo dijo...

Me acordé de la ecuación tan bonita de Dirac
Este post es puro entrelanzamiento cuántico

Espera a la primavera, B... dijo...

Un día descubrirán que la ecuación de Dirac también explica cómo los átomos de la oruga se transforman en los de la mariposa.

... y que en alguna otra parte del universo ocurre algo parecido al unísono.

pero no estaremos para verlo.

Pero al menos lo habremos imaginado muchos años antes.