viernes, 20 de septiembre de 2019

El síndrome del corazón roto



Me hubiera gustado poder escribir algo que mereciera la pena.

 Sé que llegará el momento en que parecerá que todo fue un sueño, pero también sé que nada volverá a ser lo mismo

Vuelvo a sentir el bicho gritando dentro de mí, como en la novela que una vez intenté escribir.

Dicen que cuando rompes con alguien ha quien quieres de verdad hay como un efecto físico (un dolor en la zona del corazón) que al que lo padece le insta a pensar que el corazón literalmente se le ha roto.

Creo que sólo lo he sentido una vez. Quizá dos.

Con los años uno no se acostumbra a soltar. No estamos preparados para ello. El animal que somos es un mamífero que da y recibe calor de sus congéneres por contacto físico.

Sublimado en algo tan etéreo como el estar ahí en los malos momentos.

Saber que alguien duerme en la habitación de al lado.

Por eso la soledad forzada (el aislamiento) es uno de las perores torturas.

Todos tenemos la necesidad de pertenecer y ser aceptados.

Nietzsche tenía razón: Camello, león y finalmente niño en el camino a lo humano (aunque él lo llamara superhombre, más allá del hombre)

No me salen las palabras. Se me cruzan unas con otras. Espero poder escribir algo que merezca la pena.

Algún día...

Cuando todo acabe

Y empiece otra vida.

2 comentarios:

g dijo...

Un sinfín de corazones parcheados en todo el mundo. Sin tiritas, solo unos cuantos ibuprofenos para el dolor. Corazones que aletean o siguen escribiendo con tachones. Corazones, los menos, que sucumben, y entonces lo de merecer la pena carece de importancia.

Espera a la primavera, B... dijo...

Así es