domingo, 26 de septiembre de 2010

Ahora



Podría callarme de una vez por todas, dedicarme a conseguir cosas, abrir las más de cien cartas que se apilan en mi mesa, ordenar los apuntes, amontonar los papeles que tengo que tirar, guardar las bolsas, irme a dormir.

No sé si es justo que siga escribiendo, no sé si merece la pena dar vueltas sobre esta locura que se ha instalado en mi corazón a todas horas. No sé si podría cerrar el blog con un candado y tirar la llave. Me gustaría saber hasta dónde me lleva esta voluntad de barro, estas palabras cansadas, este no saber a ciencia cierta si, de verdad, hubo algo que yo pudiera hacer o cambiar en algo.

A veces me cuelo en tu casa como un fantasma, te oigo dormir con la boca abierta, te oigo soñar a través de tus latidos, dándote la vuelta, girando sobre ti misma, recuerdo lo extraño que se me hacía tu cama, lo extraño que me resultaba tu cuerpo. He de confesar que desde hace unos meses duermo abrazado a la almohada, que es como vivir en la calle, es como ser un sintecho en las ciudades del alma.

Y a veces me pregunto si con ser un hombre basta o si, por el contrario, se necesita llevar papeles encima que lo demuestren, si un hombre que duerme abrazado a la almohada es menos hombre por ello, uno de segunda clase. Y a veces me contesto yo mismo y me digo que no, que no hace falta pero otras hablan los hechos y me dicen que sí, que debo acatar las normas y aparentar ser alguien que no soy, aparentar soportar cosas que no puedo soportar, que debo esconder las ganas de querer. "Debes aparentar que la vida que llevas es la que quisiste siempre tener, en eso consiste ser un triunfador ¿qué cojones haces volviendo a escribir en el blog?"

Ahora que en breve dejaré atrás esta etapa de decepciones y abandonos y empezaré otra de fortuna y esperanza, ahora que miro hacia atrás y abrazo a los recuerdos como lo que son, restos de barcos hundidos, puntos lejanos en el horizonte, cicatrices más o menos curadas, promesas de venganza que nunca ejecutaré, lágrimas que no sé de dónde nacen porque no me pertenecen, ahora que estoy en este punto de inflexión y no retorno, ahora empiezo a sentirme un poquito en paz conmigo (pero no con el mundo), empiezo a ser el mismo de hace un año, con la certeza y la esperanza de que el desepero y la tristeza de estos últimos meses se diluya entre los días que han de venir.

No sé si esta etapa que termina incluye borrar el blog, aún no lo sé. Quizá por esto siga escribiendo, quizá por eso, escriba por las noches y corrija por la mañana estos post que salta a la vista que son nocturnos.

Nocturnos como aquellos besos, nocturnos como la piel sobre las sábanas desnudas, nocturnas como las letras de las canciones de Estopa, como aquellas ganas de bailar, como las palabras susurradas al oído, como mi voz tratando de morderte el alma.

... y sigo sin comprender.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No permitas que NADA ni NADIE te cambien. Tú demuestra siempre lo qué eres, pues esa es la única manera de vivir la vida sin engañarse. Que tus virtudes y cualidades puedan siempre a lo adverso, a los obstáculos.

Y piensa tb que en este mundo habemos muchas personas (más de las que te imaginas) que te apreciamos y queremos un montón, por quien eres y cómo eres y NO por la proyección de lo que a otros/as les interesaría/gustaría que tú fueras.
Vivir marcados por las absurdas etiquetas y viejos (y nuevos) clichés de la sociedad, por el aparentar, por lo qué dirán (o no dirán) es horroroso, eso no es vivir, es mal vivir.

Fíjate que yo a base de palos (sentimentales, sobre todo), he aprendido que ya no voy a volver a recoger los "trocitos" de nadie, pues a mí nunca me los recogieron.

De tanto pensar en los demás, en brindarme en cuerpo y ALMA al resto del mundo, en entregarme al 100 X 100... casi me olvido de cuidarme, casi me abandono, casi me olvido de que soy HUMANA, demasiado HUMANA. Menos mal que me di cuenta a tiempo. Y ahora puedo decir con tranquilidad de espíritu y conciencia que por fin estoy tomando las riendas de mi vida. Ya nunca más volveré a ser aquélla manipulada y débil marioneta.

Perdón por la acidez de este comentario, pero es que me sabe muy mal tu situación y claro cuando te hablo lo hago a ALMA y corazón bien abiertos, y con mucho cariño, principalmente.

Ánimo que la luz al final del túnel está más cerca de lo que crees.

Un abrazo conSentido,

Amber

Daeddalus dijo...

El ahora es presente, ¿no?... pues eso.

i dijo...

Me encanta lo de dormir abrazando la almohada. Y todo lo que dice de ti es bonito.

Anónimo dijo...

Ya no sé qué más decirte y, sin embargo, se me quedan en el ALMA mis versos... Y es que tu tristeza me está matando, la vivo como si fuera mía, sorry, pero no lo puedo evitar.

Te comento otra vez en esta entrada y lo único que puedo decirte ahora es sólo a través de esta canción. ¿Triste? Sí y mucho, pero esperanzadora y tierna. Joe Dassin tenía una sensibilidad y ternura muy parecidas a la tuya, tb por eso quisiera que escucharas esta bonita canción. Además, el francés es un idioma muy musical y romántico para lo bueno y para lo malo... En mi modesta opinión.

http://www.youtube.com/watch?v=bHUH8cP7p90

Y ahora que lo pienso, tal vez he vuelto a meter la pata, o la pataza. ¡Diossssssss!