miércoles, 2 de octubre de 2024

En otro contexto

 


Me preocupa sentir el corazón acelerado con tan poco; pasar de cero a cien y frenar en seco en un solo día. Pensar que algo es para siempre y al cabo de diez minutos intuir que será nunca; no dormir por la emoción y que al día siguiente no me deje la melancolía. 

Me gusta creer que no soy el personaje que escribo y que sería diferente si lo escribiese todo en tercera persona. Tal vez sería todo más literario, más formal y se vería que no nací para ser escritor, que me quedé muy por detrás en alguna de esas cosas que le acreditan a uno para contar historias extraordinarias para otro que quiere que se las cuenten.

Uno llega a una edad a la que ya no puede hacer una carrera, a no ser que empiece ahora y viva hasta los noventa años con plena lucidez y salud, y tiempo, y estímulos suficientes para seguir creyendo que lo que uno es y piensa es necesario para el resto del mundo.

Y mientras tanto sigo aquí, exprimiendo un tiempo que dedico a otros asuntos más mundanos, preguntándome qué hubiera pasado si lo hubiera apostado todo a esa otra vida que me planteé hace veinte años.

Me pregunto si esas novelas que hubiese escrito tendrían tanto de mí como hubiese querido, y si me hubiese servido para ser más feliz; si en algún lugar de todo aquello hubiese estado la felicidad que no acabo de asir.

Y si estaríais ahí.

Y si estarías aquí.






2 comentarios:

Jo dijo...

El hubiera no existe. Aprovechemos el presente :)

Espera a la primavera, B... dijo...

Dicen que cuando está uno a punto de morir se arrepiente de lo que no hizo. Todos pensaremos que debimos decir cosas que no dijimos, apostar por lo que deseábamos de verdad...