domingo, 10 de diciembre de 2023

El eterno retorno


Cuando creía que estaba perdiendo la esperanza, de repente todo cambia. Hay algo cíclico que me llama, estoy volviendo a 2004. No soy capaz de encontrar el porqué, pero durante estos últimos meses y en especial este fin de semana, se han presentado los fantasmas del pasado a visitarme como si del Cuento de Navidad se tratara. ¿Qué ocurrió hace 20 años? Yo empezaba a ir a clase en el Ateneu Barcelonés y quería aprender a escribir. Y fue mi segundo hogar durante cinco años. Entonces yo ya había abandonado la idea de ser algún día un escritor. Sólo me gustaba leer y ya está. 

Creo que fue la época en la que estuve más motivado en toda mi vida. Me pregunto qué hubiera pasado si hubiese dado el paso definitivo. 

Nunca doy el paso. Llevo veinticinco años dando vueltas sin saber a dónde voy. Y eso es mucho tiempo: es demasiada incertidumbre, demasiado hilo por desenredar.

Hoy ha pasado una de esas sincronicidades que tanto me gusta descubrir. No sé dónde me llevará. Creo que al final sí iré a alguna parte. Quien escoge a dónde ir es el que acaba por llegar a donde quiere.

Tres señales en dos días. La última provocada.

Debo seguir las señales.

Quizá sí que hoy sea el primer día casi veinte años más tarde.



2 comentarios:

Jo dijo...

Mi abue siempre me decia que confiara en mi inuición en ustedes los homvtes no me acuerdo co o se le llama... ¿Corazonada?
No creo que se pierda el tiempo... Te distraes y te ocupas y se pasa...

Espera a la primavera, B... dijo...

Nada pasa por casualidad