miércoles, 15 de mayo de 2019

La inercia


No he vuelto a pegar ojo esta noche. No sabría decir exactamente el porqué. No creo que sea por la llamada de ella; sólo es una coincidencia, estoy seguro. Mi día a día está siendo el mismo, no tengo deseo de nada, ni de verla ni de no verla. Me siento dentro de la misma burbuja en la que he vivido todos estos años. En realidad casi estoy seguro de que llamará para decirme que anuló el viaje o que vendrá pero no me dirá que está aquí.

En el fondo, todo esto no me ha alterado en nada más que escribir en el blog dos días seguidos después de no escribir en un tiempo. Por lo demás todo sigue igual. Las mismas cosas igual de lentas que siempre. Tiene gracia que ahora que parece que conseguiré un montón de pasta ella aparezca al mismo tiempo. No sé quién mueve los hilos de todas estas coincidencias que pasan en mi vida, no creo que haya un dios que sepa que existo, ni que el destino esté escrito para mí, pero este tipo de coincidencias me sorprenden.

Después de tantas ya debería estar acostumbrado, pero el caso es que no las veo venir, ocurren sin razón alguna. A veces me hace creer que existe algo parecido a la magia, pero se me pasa. Aunque una vez hice un curso de conseguir cosas, algo parecido a lo del libro de El Secreto. Me invitó la directora de una editorial. Creo que ella pagó un dineral para estar en primera fila y de paso le regalaron un par de entradas gratuitas entre la muchedumbre. Estos actos necesitan tener todo el local lleno. Y lo llenan.

Fue poco antes de que ella se marchara. Reconozco que durante un tiempo mi vida fue un ir de una mujer a otra, pero ya dije que nunca sentí nada. Sólo me dejaba querer, pero no era capaz de sentir nada. A veces tengo dificultad en acordarme de las caras y de los nombres de algunas. Sólo fue correr en todas direcciones, el juego del pilla pilla que se me daba bastante bien porque nunca me atrapaban.

Imagino que luego todo cambió. Creo que apareció alguien con quien creí que podía olvidarla, pero no pude. Nunca olvidas a alguien a quien no quieres olvidar y, sinceramente, nunca buscas a alguien con quien puedas hacerlo. Lo malo de ese intento es que me dijo que no me fuera y me quedé un tiempo. Esa fue una mala decisión la mires por donde la mires. No nos deberíamos quedar cuando queremos irnos, es como plantar sabiendo que no vas a recoger los frutos sabiéndolo desde el principio y no hacer nada, sólo seguir por inercia. La inercia te permite seguir adelente por un tiempo, pero no es un tiempo que ganas, es un tiempo que pierdes.

El caso es que no he dormido nada, y ya van un par de noches. Creo que tendré que tomar algo que me ayude. No sé. Algo que me quite de la cabeza eso de que en realidad no me pasa nada.

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