jueves, 1 de marzo de 2012

El poder de empezar de nuevo


Llevo dos noches durmiendo vestido, temblando sin saber muy bien por qué lo hago, si por miedo, si por rabia, o por una mezcla de tantas cosas que probablemente nunca descubra el porqué. Mi habitación, se ha vuelto de repente un lugar inhabitable y mi cerebro se ha convertido en un recinto de alambre elctrificado, de donde las ideas salen para morir sin llegar muy lejos, y en el que se resigna a habitarse a sí mismo, devorándose con ardor antropófago, haciendo rituales inventados, recordándose constantemente que lo mejor es olvidar.

Esta tensión corporal, esta pérdida de conciencia al concentrarse demasiado me erosiona internamente, desde dentro de los huesos, me convierte en eso que nunca quise ser y evita que me reconozca en los espejos. Quizá lo mejor sería dejarlo todo aquí, bajarme de esta locura en marcha y perder del todo para poder empezar de nuevo, en otro lugar, con otra gente, con otra bandera.

Pero lealtad obliga. Mi vida está crucificada de lealtades. Quijote nací y loco moriré. Aquí estoy para doblegar al destino con la fuerza que tengo dentro y que no sé de dónde nace.

Sé que no acabaré bien. Pero eso ya es lo que menos me importa.

2 comentarios:

elena dijo...

Hola Toni!
Deja que el destino siga su curso...no intentes analizarlo y mucho menos cambiarlo...
Al final él te encontrará a ti! Y como intento pensar en positivo, se que cuando lo haga, será para entregarte algo mejor a lo que tu intentas aferrarte!

Abrazos.
Elena.

Espera a la primavera, B... dijo...

Gracias Elena, espero que el destino te tenga reservado, también a ti, algo mejor, sea lo que sea...

Besos

Toni