domingo, 27 de diciembre de 2009

Si fuera dios


Si fuera Dios no me dejaría llevar por las apariencias, trataría de dejarme llevar por lo que me pasa piel adentro, me decidiría a hacer algo, a ser lo que siempre he sido.

Si fuera Dios no perdería el tiempo en tareas administrativas, supongo que pondría en lugar del dedo, la gasa en la llaga, me detendría en las cosas que importan. Si fuese Dios quizá cambiaran las cosas.

A veces creo que espero a que suceda algo que me coloque en cierto lugar privilegiado. Pero eso nunca sucede. Siempre hay un primer día en el que todo ocurre y ese primer día cambian sólo un poquito las cosas (si es que cambian).

Hoy no tengo un buen día, simplemente he esperado. Simplemente me he quedado a la espera. Y el tiempo se me ha hecho inmenso. Puedo soportar muchas cosas, puedo aparentar ser fuerte pero a veces demasiadas cosas son realmente demasiadas.

No sé qué será de mí durante los próximos días, no me consuela que el mundo vaya a mejor; eso a mi banco se la repanfinfla, ni que en los últimos meses haya empezado de nuevo a subir mi facturación y mis expectativas de contruir nuevas depuradoras. Vivo en la cuerda floja, vivo demasiado cerca del abismo y llevo demasiado tiempo allí. ¿La solución? fácil. Dejarme llevar. ¿Mi solución? aguantar hasta que el alma me explote (tarde o temprano lo acabará haciendo).

No puedo evitar pensar que me quejo sin razón, que hay situaciones mucho más críticas que la mía. A veces me avergüenzo de la ansiedad, del no dormir, de no ser tan fuerte como para que nada me afecte.

Me voy a dormir, en este momento es lo mejor que puedo hacer.

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