miércoles, 17 de diciembre de 2014

Cuando el destino nos alcance



El tiempo huirá y yo con él, nos convencimos el uno al otro de que así era mejor, pero sólo uno de los dos tenía razón. El tiempo se irá hacia adelante dejándonos atrás, en lugares distintos, en momentos hechos de recuerdos, no tendremos nada ya en común salvo la sensación permanente de que algo nos falta. A uno más que a otro, unos días más que otros.

Pero un día nos encontraremos a ese tiempo que salió corriendo esperándonos con los brazos cruzados sonriéndonos como a viejos amigos; estará en algún lugar de nuestras vidas, ahí, sabio de consejos, y nos preguntará que por qué no lo perseguimos juntos, de la mano, y supongo que yo no sabré qué decir. Quizá tengas tú la respuesta y la digas en voz alta. Sería triste que ambos nos miráramos porque no sepamos qué decir, pensando que era el otro quien tenía motivos para dejar que el tiempo se marchara tan lejos de nosotros.

Si sólo se vive una vez, si no hay segundas oportunidades, si esto de vivir sin ti es lo que me espera, si buscar sin querer encontrar mi lema, si nunca más tendré la sensación de que me falta el aire cuando estoy junto a alguien, si el amor van a ser todos estos cuerpos y estas camas que no tienen rostro ni alma, si el tiempo al final del tiempo me dice que se acabó, que no hay otra vida en la que encontrarte de nuevo, entonces, entonces me perderé para que me olvides, para que no lleguemos juntos a ese día en el que el destino nos reúna de nuevo.

Se me dan mal las despedidas, ya sabes, se me da mal casi todo. Lo intento, pero hasta intentarlo se me da fatal. Casi nunca acabo lo que empiezo, me voy antes de tiempo, sueño despierto, se me va el tiempo en tonterías. A veces casi, casi, casi consigo algo medianamente importante; casi.

Quizá sí te sobraban motivos.


2 comentarios:

José A. García dijo...

Dicen por ahí que las mejores despedidas no son las inesperadas, sino la que se dan sin darnos cuenta, como siendo una parte más de la vida y no la más importante...

Suerte

J.

jotaVe dijo...

Compartir la sensación de que algo falta...

Un hueco que quizá nos sobreviva.


Tu blog. transmite calidez...algo así como buena compañía para esperar la primavera.

Saludos!