viernes, 14 de febrero de 2014

Me he convertido en un fantasma más.


Tres llamadas, y seis whatsapps, yacen en el fondo de la pantalla de mi móvil. Sin abrir y sin contestar. A estas alturas de la noche ya sabes que no quiero contestarlos, sabes que he entrado y a qué hora lo he hecho. Probablemente te preguntarás a qué viene todo eso. Quizá un día recuerdes que escribía en un blog y puede incluso que recuerdes su nombre y lo busques en google; y llegues a este día y descubras esto que estoy escribiendo.

Si es así, lo entenderás todo y me llamarás cobarde. Y te darás cuenta de inmediato que más que cobardía fue cansancio.

Me gustaría creer que dejamos un mundo mejor que el que hubiera habido si tú y yo siguiéramos juntos ahora. No sé si alguien notará la diferencia, espero que yo sí.

Y aunque no lo creas, espero que tú también.

1 comentario:

Adriana Alba dijo...

Quien no llena su mundo de fantasmas se queda solo.

Antonio Porchia.