Tres llamadas, y seis whatsapps, yacen en el fondo de la pantalla de mi móvil. Sin abrir y sin contestar. A estas alturas de la noche ya sabes que no quiero contestarlos, sabes que he entrado y a qué hora lo he hecho. Probablemente te preguntarás a qué viene todo eso. Quizá un día recuerdes que escribía en un blog y puede incluso que recuerdes su nombre y lo busques en google; y llegues a este día y descubras esto que estoy escribiendo.
Si es así, lo entenderás todo y me llamarás cobarde. Y te darás cuenta de inmediato que más que cobardía fue cansancio.
Me gustaría creer que dejamos un mundo mejor que el que hubiera habido si tú y yo siguiéramos juntos ahora. No sé si alguien notará la diferencia, espero que yo sí.
Y aunque no lo creas, espero que tú también.
1 comentario:
Quien no llena su mundo de fantasmas se queda solo.
Antonio Porchia.
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