lunes, 3 de junio de 2013

La luna debajo del brazo


Duele más el silencio que la herida. 

Y a mí se me quedó un silencio muy grande sangrando estrellas en la noche. Ha vuelto el insomnio, y con él toda eternidad comprimida en unas pocas horas. 

También llegó el calor. 

Y la distancia.


2 comentarios:

Darío dijo...

Puede que haya silencios como heridas...

Espera a la primavera, B... dijo...

Puede que las heridas cautericen con ruido.

Probaré.

Un abrazo, Darío