domingo, 4 de marzo de 2012

La luna es una narcotraficante de deseos y olvidos



La luna silbaba esta noche tu nombre, canturreaba algo entre dientes, se rizaba un mechón de pelo con el dedo índice de la mano que siempre sabe lo que piensa la otra, me miraba de reojo y sonreía. Me gusta cuando la luna me sonríe, felina y volcánica, porque sé que luego beberá más de la cuenta y sacará lo animal que lleva dentro, lo institivo, todo eso que piensa la piel y pierde la vergüenza con las manos. Sólo tiene que tirar del hilo y yo saldré volando hacia ella, ella lo sabe y yo lo sé, le gusta jugar con eso, pero yo ya me estoy haciendo viejo para someterme a los caprichos de una mujer como ella, ahora soy un lunático menos devoto, algo dentro de mí se ha ido apagando con el paso de los últimos meses, como si el tiempo se hubiera comido toda la ilusión que guardaba para cuando llegaran los malos tiempos.

Hay algo infinito en este juego que nos llevamos. Ella me fija a un punto de la tierra en el que tenerme controlado. Redacta mi destino con palabras que no entiendo, el destino es la marca de agua que aparece en todas la páginas en blanco en las que escribes tu vida. Y ese destino lo fija ella.

He vuelto a dormir pocas horas. Tengo los ojos hinchados de tanto leer entre líneas los sueños que sobreviven cuando me despierto. Si pudiera volver a atrás me arrastraría por el hilo que me sujeta a ella y desharía el nudo que lo ata, yo caería desde muy alto y ella saldría volando, pero sería mucho mejor que esto, mucho mejor que esta esclavitud de horas robadas al sueño. Si pudiera volver al instante en que pude haberlo hecho y no lo hice, saltaría desde lo más alto. Ahora es tarde, soy un noctámbulo convencido, adicto a la oscuridad de las calles en las horas en la que la madrugada pierde su nombre, donde la una no se distingue de las cinco más que en el rumor de algún chirriar de ruedas arañando el asfalto, donde el lenguaje es una riña de lenguas que se gritan boca a boca y en el que los gatos, por fin, pueden habitar el mundo.

Y es que durante el día, me encierro en casa como un vampiro en su ataúd de madera lacada, escribo destinos distintos en hojas de libreta que arranco, doblo y meto en cajones abarrotados de futuros improbables; y me abraso las venas con rayos de luna que tengo guardados, afilados como frases de una amante despechada cuando te dice que te odia, que desearía verte muerto antes que feliz. Y tú lo entiendes.

Lo entiendes perfectamente, no con la exactitud de un relojero sino como el miope cuando pierde sus gafas, ves sombras, intuyes y traduces el desespero de esas palabras a tu propia lengua. Es una mierda eso de ponerse en le lugar del otro, porque crees que lo haces pero es imposible traspasar el plástico de la piel, el campo electromagnético de los miedos, deseos, esperanzas...

La luna sigue ahí todas las noches, sigue riéndose de verme aún aquí, aferrado a este blog zafio y polvoriento, asistiendo día tras día a la decadencia de mi cuerpo y de mi espíritu, un segundo al día, olvidándose de mí las veintitrés horas, cincuenta y nueve minutos y cincuenta y nueve segundos restantes, formando otro ciclo lunar por el que se rigen las mareas que gobiernan esta vida de la que tantas veces me siento un extraño en tierra ajena, de la que ensayo, sin tregua, métodos de fuga y olvido.

6 comentarios:

Cristina Polidura Varela dijo...

Buenas Toni,
una vez más he de decirte que pese a que tu digas que tu blog es "zafio y polvoriento", a mi me gusta cada día más, aunque a veces los posts sean tristes y melancólicos, yo tambiénn escribo la mayoría de las veces sobre las cosas que no me han pasado o si me han pasado pero no las aproveché.

un abrazo tulipanero=)

Anónimo dijo...

Guau, créeme cuando te digo que se me ha puesto la piel de gallina. Hacía tiempo que un texto no me llegaba tan profundamente, que no sentía cada palabra como una punzada en el pecho y que no lloraba con cada término de frase.

Simplemente, magnífico.

Espera a la primavera, B... dijo...

Tulipanes... siento como si hubiera pasado mucho tiempo metido en el mismo círculo vicioso. Agarrado a la misma roca, esperando algo que no llega y que no puedo salir a buscar porque no sé por dónde empezar.

Gracias por tus comentarios...

Espera a la primavera, B... dijo...

Espero, Buru, que por lo menos, al identificarte con lo que lees, encuentres la salida por alguna parte, si la acabas encontrando, házmela saber... indícame el camino.

Gracias por leerme.

Cristina Polidura Varela dijo...

Bueno pues sal de ese círculo!
ÁBRETE PUERTAS,CAMINOS DISTINTOS...Aléjate de la rutina,envuelve tu vida en algo nuevo.

Una nueva vida siempre empieza por nuevos objetivos, metas...igual que escribes, piensa y actúa en consecuencia...=)

Anímate, que de todo en esta vida se sale,hasta de los círculos viciosos...

un abrazo

Laus dijo...

Impecabe. Mi enhorabuena, tienes un nuevo seguidor devoto.
Un saludo