jueves, 14 de abril de 2011

La burbuja reina (de donde nacen todas las demás burbujas)


Quedan las cicatrices. Después de que el tiempo haya administrado su lenta medicina el corazón sigue húmedo y caliente, pertinaz como un corredor de fondo a tres kilómetros de la meta, dejando a un lado el dolor arrastrado, olvidando todo lo que no sea llegar.

Queda el silencio. El silencio es a las palabras lo que la eternidad es al tiempo, es un hueco infinito que paradójicamente, empieza y acaba siempre con un nombre de mujer a quien ya no recuerdo y a quien nunca más podré olvidar porque ya no me obedezco a mí mismo, me he convertido en una huída de presos, en un motín continuo en donde me rebelo contra las consignas gritadas un día antes, me he convertido en la arena que ciega los ojos y en la nube de polvo que ahoga. Pero me queda el silencio. El silencio lo es todo en el explendor de su nada. La nada que la siguió a ella.

Y hay días mejores que otros y días que se van por el desagüe de los días. Y hay días lentos como piedras y días que se abren como flores. Días, días en los que la echo de menos y días... en los que saldría huyendo hacia cualquier parte. Días lunes y días jueves (como hoy), días extraños, días envueltos en plástico de burbujas, días en los que iría a su lado como un fantasma a donde fuera, que me quedaría a dormir en el hueco que dejan al mundo sus pupilas cuando se cierran por la noche.

6 comentarios:

Mía dijo...

WOW!
Me gusta saberte tan lleno de eso a lo que algunos llaman inspiración...Si dejaras el desaliento a otro lado, lo mismo...
Da igual. Déjalo.
Besos.
Ciao.
;-P

flower dijo...

Ay niño! No sé quien es la destinataria de tus sentires y pensares, pero la siento en desventaja, la siento llena de pérdida, porque pocos textos masculinos exudan sensibilidad como los tuyos.
Nunca sabemos qué nos lleva al fracaso sentimiental, o sí lo sabemos. Qué más da cuando el fin llega de forma inevitable. Pero desde fuera y sin conocerte, y sin conocerla, siento una especie de pena hacia ella.
Con esta capacidad que tienes para amar, o por lo menos para expresar lo que sientes (que no es poco), la vida te ofrecerá una dulce recompensa cuando menos lo esperes.

Espero que esos días que se abren como flores, sean los habituales, y que de cada lunes, o miércoles, o el día que sea, los conviertas en día de fiesta.

Cuando uno está bien, cuando uno siente amor y puede ofrecer el suyo sin que caiga en la nada, entonces cada día es día de fiesta, es como estar de vacaciones.

Un besete,

Las Espirales de Brígida dijo...

Ay...
Que la burbuja reina siga haciendo de las suyas contigo...
Qué inspiración...
Beso
S.

Espera a la primavera, B... dijo...

Recuerda que este blog lleva por nombre "Moriría por ella" y eso es lo que en él habita, el desaliento de y el deseo como camino...

Si te fijas bien es una paradoja. Morir por alguien es, al final, tampoco estar a su lado. Así que este blog es eso.

Luego estoy yo y mis circunstancias, que no son siempre tan dramáticas... todo esto es en parte un intento de tener por quien moirir como contrapeso a la soledad a las que mis errores me han llevado.

Espera a la primavera, B... dijo...

Flower, nadie debería ser destinatario de pesares, a nadie deberíamos darle ese papel.

La vida es como es. No sé, creo que lo mejor es empezar a olvidar... pero entonces ¿de qué escribiría?

Espera a la primavera, B... dijo...

Burbujas... explotar burbujas...