viernes, 18 de febrero de 2011

La sombra desdibujada en la pared


Me enamoré como un idiota, como si hubiera escapado de la cárcel después de diez años. Me enamoré del brillo de unos ojos, del tacto de un cuerpo, de una penumbra de cine, de la luz que me nacía por dentro (y me cegaba) cuando supe que existía ella.

Me acostumbré a perder las batallas por disimular que me alegraba verla hasta que una a una fui perdiendo la guerra, me rendí a la evidencia de que me gustaría caminar siempre junto a ella, pero no caí en que una bandera blanca y un pañuelo en la estación son lo mismo.

La primera vez lloró, la segunda se rió de mí, después le dije que no estaba jugando con ese fuego y perdimos los papeles en horarios de trenes con retraso, algo a lo que ella siempre fue propensa.

Me enamoré como si hubiese estado hambriento de ella. Aquel año, a cupido, los reyes magos le trajeron una escopeta de cañones recortados, para que luego digan que la adolescencia es una edad difícil.

Luego pensé que ya me lo había advertido, que era mujer difícil. Más tarde me dí cuenta de que, como en el juego del pilla-pilla, me había pasado el turno y que ahora el difícil soy yo.

5 comentarios:

Mía dijo...

Juro por todo lo Sagrado que había comentado hasta que al apretar al enter esto me hizo un quiebro...
Poca cosa.
Te decía que te enamoraste.
De la única manera en que lo hacen los adolescentes... La única válida si logra repetirse dspués...Mucho tiempo después...
Un saludo.
Ciao.
;-P

Mía dijo...

Como tengo el día de suerte, mi conexión está de buenas hoy, y encima tú no has hecho los deberes, te cuento que Me encanta este tema...
Ups.
Aléjate....lalalalalalal
Ciao.
;-P
Cuídate!

Fiebre dijo...

Nadie se enamora como un idiota. Simplemente se enamora.

Un contexto, un matiz, un roce, un simple beso que parecía igual que los demás y al llegar a la soledad de tu casa retienes en tu memoria...

Hace tiempo que dejé de razonar porqué me enamoré (raras veces) de mis hombres...
Feromonas?

Espera a la primavera, B... dijo...

Heidi, enamorarse es verse en el vétigo y no querer salir de él. ¿No es eso una idiotez? Sólo hay que mirar atrás a cuando éramos adolescentes y ver que fue la etapa más lúcida de nuestra vida. Hicimos lo que sentíamos en aquel momento.

Luego, todo ha cambiado, hemos rectificado... no sé.

Y no, no he hecho los deberes... me faltan datos, mi perro se ha comido la hoja, me los he dejado en casa... uf, qué recuerdos...

Espera a la primavera, B... dijo...

Hay Fiebre... ¿por qué vivirás tan lejos?