jueves, 27 de enero de 2011

Lluvia de interiores


Tú calzabas un treinta y ocho de pie y yo un diecisiete de dedo, éramos distintos, algo que a veces se confunde con distantes. Pero no lo éramos. O sí, tal vez la distancia no depende de lo abrazado que duermas a alguien, "quizá yo mido mal" pensé.

Se fue agrietando el suelo de madera, se llenó de carcoma el frogorífico, algunas noches las paredes y el techo se desconchaban en silencio, se convirtieron en calabazas las bicicletas de montaña.

Fui yo, no quise encerar el suelo, ni sellar las heridas de los muebles, no me atreví a pintar el techo e hice pastel de BH por e-bay (en dos días, dos horas y quince minutos). Antes había aparecido ella. Más femenina, más comprensiva, con las tetas más grandes.

Sólo supe que me estaría esperando, lo supe porque me lo dijo el primer día. Yo sólo podía recordar sus tetas, ni tan siquiera me acordé de su nombre la segunda vez que la vi. Para entonces ya te había echado de casa, bueno, mentira, aún tenías las llaves, aún te quedabas a dormir a veces, hacíamos el amor sin sexo, hablábamos a cuchilladas sin herirnos. No te eché hasta que estuve seguro que la chica de las tetas pensaba no cuestionarme nunca, hasta que supe que no me dejaría nunca, que éramos el uno para el otro, aunque éramos mucho más distantes que tú y que yo.

Te dejé queriéndote, pero entiéndelo, no podía dejar escapar a alguien así. Pensé que a ti te tendría siempre ahí, como una amiga, que me escucharías y estarías siempre si me fallaba la otra. No entendí que desaparecieras ni que yo te echara tanto de menos.

Luego todo cambió. Enceré el suelo, pinté la casa, hice todo lo que contigo no quise hacer. A veces pienso que las cosas suceden a destiempo y con la persona que no toca, que la vida son círculos concéntrios, órbitas elípticas, caleidoscopios amañados y que tenemos lo que nos merecemos. Tú tu soledad y yo la asfixia.

Tal vez, ahora no estoy seguro, ocurrió al revés, quizá fuiste tú quien me echó de su casa y se buscó a alguien más alto que yo. ¿Te puedes creer que no me acuerdo? Me cuesta creer que tú me hicieras eso, quizá por eso digo que fui yo.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, la vida a veces, muchas veces, es como una elipsis. Lo importante es que a pesar de ello no se vaya por la vida en círculos, pues, de lo contrario, se arriesga a hacer el mismo error una y otra vez, en círculos.

Eso es lo que los psicólogos definen como bloqueo psicológico. Fíjate que es como cuando el escritor escribe en círculos es porque está bloqueado.

Me ha gustado la elegancia como tratas la experiencia que te tocó vivir y que varias veces, en el pasado, plasmaste en este tu espacio. Es agradable ver ese giro.

Y anímate hombre, que el momento menos pensado aparecerá la princesita de tus sueños. Déjate mimar un poco y presta atención allí donde quiera que vayas.

Be7s

Espera a la primavera, B... dijo...

Amber, me alegra que veas agradable ese giro. Debo estar en ese blogueo del que hablas, de todas formas. A veces los bloqueos son directamente proporcionales a los duelos por los que uno debe pasar. Y la intensidad y el tiempo son variables, muchas veces, ajenas a nosotros.

La princesa de mis sueños aparecerá cuando tenga que aparecer y, en todo caso, eso es algo que no me quita el sueño.

Y para dejarse mimar tiene que haber alguien que esté dispuesto a dar mimos... y recibirlos. Porque sólo se puede dar lo que se sabe recibir, luego está lo de que ambos quieran lo mismo y al mismo tiempo... en fin, ¿qué te voy a contar? Tú tienes mucho más mundo que yo.

Besos

Toni

She Says dijo...

La princesa de tus sueños, está en tus sueños.

Pero la mujer que te piensa, que anhela tus caricias, que te mata en la cama, que pisa fuerte, que te ama, esa, está por venir.

Espera a la primavera, B... dijo...

Ya, pero es que Falete no me coge el teléfono. Por que es una mujer ¿no?

¿Cómo que no? Pero si el ex- sale en todos los programas de televisión. (Y hasta lo imitan en Sé lo que hicísteis, sea lo que sea eso).

She Says dijo...

Ahora me he liado XD.
Ya no recuerdo si estamos siguiendo un hilo de tu blog o del mío. :)

Espera a la primavera, B... dijo...

Tienes razón, sólo pretendía ser irónico. Tú hablándome de la mujer de mi vida y yo pensando en Falete...

¿Existe el hombre de tu vida? She Says

Marnie J. dijo...

pues si fue ella quien lo hizo y no usted, ella no se merece que usted piense que fue usted, así que deje de pensar eso y asuma que fue ella...
(se ha dado cuenta de lo que me enfadan todas estas iniciales...)