sábado, 13 de noviembre de 2010

la increíble levedad...


Solía pensar que yo era una botella hueca y que en ese hueco estaba mi alma, como si el alma fuera algo así como el aire que contenía.

De unos meses hacia aquí me fui dando cuenta de que en realidad yo era compacto y que mi alma se limitaba a ocupar los espacios de las grietas por las que me estoy desmoronando, aquejado de una aluminosis del ser.

Pero no. No hay alma. El hueco sólo lo ocupa el aire, un aire que trae humedad a esto que soy. Hace tiempo que mi alma se fue de mi cuerpo y, si he de ser sincero, me gustaría no echarla de menos pero lo hago.

Hay cosas que no entiendo. Muchas cosas que no entiendo. Me gustaría entender cómo suceden las cosas.

Voy a confesar algo: Tengo miedo. Miedo y frío. Es muy mala combinación. Si tuviera miedo y no sintiera ese frío no tendría tanto miedo. No sé si me explico. No, probablemente no lo haga.

Tengo miedo porque hay traiciones que duelen tan adentro... No me importa que no me quieran, lo que verdaderamente me importa es no saber vivir esta vida desalmada, este atar mi vida a la nada, sentir que ese hueco que se llenaba no valía nada.

4 comentarios:

Asolada dijo...

Hay tristezas demasiado profundas. Siento ese frío del que hablas... y el miedo. El miedo a querer volar y no saber cómo hacerlo. Hoy no quiero moverme, ni tampoco preguntar.

Me dan miedo todas las respuestas, y lo único que sé en esta tarde eterna de sábado, es que hoy... yo también moriría por él.

Siento ser tan trágica, pero siempre se me dieron bien los melodramas.

Un beso

El missatger dijo...

Hola amigo Bandarra.
Como dice el tao (el 76, en concreto):
El hombre es blando y flexible al nacer.
pero cuando muere es rígido y firme.
Las platas, cuandro brotan,
son tiernas y delicadas,
pero cuando mueren están secas y marchitas.

De ahí el proverbio:
"Lo rígido y firme pertenece a la muerte.
Lo blando y flexible pertenece a la vida".
Por eso el ejército demasiado rígido no puede triunfar
y el árbol demasiado firme acaba por romperse.

Lo grande y fuerte ocupa el lugar inferior.
Lo pequeño y débil ocupa el lugar superior.

Un abrazo desde el norte.

Espera a la primavera, B... dijo...

Los melodramas sirven para algo, para superarlos y para aprender que al final, tal vez, exista algo así como la calma. Una calma de espíritu...

Espera a la primavera, B... dijo...

Gracias por la sabiduría...