sábado, 11 de septiembre de 2010

Que te quedes conmigo


Me dices, con el pelo revuelto, que tienes calor. Te digo que yo también, y voy a por agua a la cocina deslizándome pasillo abajo, desnudo y sediento, cansado y alegre por haber atravesado esta noche las dunas de tu cama, por ser un hombre de desiertos y explorar el tuyo de nuevo. No me atrevo a decírtelo pero creo que mi tiempo se mide con el reloj de la arena que recojo de tu piel cuando te recorro la parte interior de tus muslos con la lengua. Debe se que por eso la sed me abrasa, debe ser por eso que necesito beberte la boca.

Y mientras abro la nevera y saco la botella de agua, mientras lleno un vaso y bebo, mientras lleno otro y vuelvo a meter la botella en la nevera, siento que siempre supe que en esa forma tuya de curvar la espalda cuando te la meto toda y perdemos el aliento, no caben los teoremas no resueltos de mi alma pero que el animal feroz que soy encuentra la calma en el estanque agitado de tus ojos, en el animal salvaje en el que te conviertes cuando me pides que te folle con más fuerza y yo te cojo desde atrás y a veces finjo (y otras veces no) una rabia incontenible de palabras sucias y perversas como el alma de un escritor fracasado.

Bebes y tiemblas, el agua fría disipa el calor del infierno que es para mí tu corazón de lluvia y estaño. Se te endurecen los pezones y me dan ganas de morderlos mientras tú me miras y sonríes con esa soberbia con la que miran las maestras a sus alumnos adolescentes en primavera. Me devuelves el vaso y lo deposito en la mesita de noche; seguimos, mirándonos a los ojos, apagando cigarrillos uno en el alma del otro, susurrándote yo al oído que sé que te duele un poco pero que no pienso parar aunque me pidas que lo haga, que te voy a llevar a ese lugar donde uno no distingue el placer del dolor, a un lugar donde tú y yo sólo somos un intrumento y que poseerte (sí, eres mía, ¿acaso lo dudabas?) es también renunciar a mí mismo. Y paro de embestirte. Y te aparto el pelo y te susurro al oído mientras te apriento los pezones con dureza y con los dedos que me muero de ganas de metértela por el culo.

Follarte es fácil. Me conozco tu cuerpo y conozco el mio, sé cómo hacerte llegar a donde yo quiero con las palabras y las manos, con la mirada y con mi polla. Hacerte el amor no es fácil, antes no me importaba pero desde hace unos días no puedo dejar de pensar en ello, me están venciendo las ganas de acariciarte mientras duermes, de abrazarte y que me abraces, de extender la mano y que estés ahí. En una palabra, me estoy encariñando de ti, creo que estoy empezando a quererte y eso es algo que no me puedo permitir contigo, no con alguien como tú.

Estoy empezando a buscar cualquier excusa para encontrarnos y meterme en tu cama, para meterte en la mía. Y sé que cada día te excita más ese juego pero yo... yo te busco porque necesito verte con los ojos y las palmas de mis manos, porque estoy empezando a ser adicto a ti, a lo de antes y a lo de después de nuestra lucha cuerpo a cuerpo. Y empiezo a estar ansioso antes de verte y cada día me cuesta más irme o que te vayas. Y ya sé que esto es ficción pero ya sabes a lo que me refiero. Lo que quiero decir es que follarte es como ser siempre el segundo, que ser el primero es que me quieras, que quieras estar conmigo fuera de mis(tus) cuatro paredes, que vayamos al cine de la mano, que me presentes a tus amigas, que tengas mi champú en tu baño, que me dejes llamarte de siete a doce, que no me digas hoy no puedo, que pienses que yo valgo la pena. Que anules tu boda.

Que te quedes conmigo.

19 comentarios:

LaCuarent dijo...

Me gusta como escribes sigue haciéndolo para saborear tus letras
Besos

i dijo...

Uau.

Espera a la primavera, B... dijo...

40añera, no puedo dejar de escribir. Es como una droga.

Espera a la primavera, B... dijo...

i, tú aún no lo sabes. No sabes lo que llevas dentro. En el momento que lo descubras ya nada va a ser lo mismo.

i dijo...

Es una pasada cómo me hablas-cómo me escribes-, como si realmente me hubieses conocido del todo, sólo a través de los textos.

GRACIAS
(las mayúsculas se quedan diminutas).

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Fiebre dijo...

¡Ay señor! Una que se va a la ducha.
En el trasfondo del asunto yo tampoco quiero ahora mismo pensar, lo desecho para no volverme majareta...

Seguiremos follando.

Desde la luna dijo...

Me encanta como escribes y describes.
Te leo. Un saludo.

Espera a la primavera, B... dijo...

Cuando conozcamos lo último por conocer y lleguemos hasta el final del universo,entonces... entonces nos pregutaremos qué nos preguntaremos... si hemos dejado cerrada la llave del gas en casa.

Espera a la primavera, B... dijo...

¿sabes? Tengo una escalera para subir a la luna. A veces subo y me siento en una roca lunar y media docena de selenitas se me acercan y se sientan a mi lado, sin decir nada. Y me ofrecen pipas, chuches, cacahuetes, y miramos al horizonte (que allí es un poco más curvo) y miramos a la tierra, enfocamos casas y balcones, y jugamos a adivinar qué es lo que piensan los terrícolas (aunque parezca mentira ellos siempre ganan porque llevan años observándonos).

Me gusta tu luna. Escribes poco.

Escribe más.

Genética Inexacta dijo...

Vaya... y yo pensando que cuando terminase de leer tu escrito necesitaría una cama para no dormir, y sin embargo casi necesito un pañuelo para llorar.
¿Cómo lo haces Toni,que hasta el erotismo duro, lo tornas melancolía?
Tus palabras sí que son embestidas que entran por cada orificio, cada poro,y llegan dentro...muy muy dentro.

Un beso y una nube que por aqui hoy voy bien servida de ellas.

Espera a la primavera, B... dijo...

Supongo, Lda. que en realidad siempre quise follaros el alma a través de las neuronas. La piel inmediata es una mera frontera, yo no quiero follar o que me follen, yo lo que quiero es tener la necesidad de no irme nunca, la certeza de que quieren estar conmigo.

A ciertas edades estar en la cama con alguien es como un beso cuando éramos adolescentes. No cuesta nada, te puede gustar como besa alguien, puedes probar a besar a muchos para distinguir quien besa bien de quién mal, pero querer...
joder, Loida, tú sabes como yo que querer es algo muy distinto, querer es como el sexo cuando eras adolescente.

Amar es confiar. Yo he perdido la confianza. Me está costando llegar a comprender lo suficiente como para pensar que podré confiar otra vez en otra persona. No sé, tú sabes a qué me refiero. Sé que lo sabes. Que es un proceso.

Estoy demasiado susceptible y todo es demasiado reciente. Me daré tiempo, me quitaré esta melancolía a base de alegría. Son demasiadas cosas ahora.

Un besazo, niña del este. Mucha suerte. Te la mereces.

Martian Hop dijo...

Qué dulce, qué perverso, qué intenso.
Me encantas.

Espera a la primavera, B... dijo...

La cara oculta de todo esto es la sensibilidad. Y si está oculta es por algo.

Jack Sparrow dijo...

Joder, la tía que te follas, un putón verbenero, el futuro marido, un cornudo y tú, un hijo de la gran...

Leer para creer.

Espera a la primavera, B... dijo...

Jack, para haber vivido toda tu vida en una caverna te desenvuelves bastante bien en castellano (ahora estaría bien que empezaras por aprender modales).

Jack Sparrow dijo...

Pues si esto es lo que me voy a encontrar fuera de la caverna, casi prefiero seguir dentro de ella, pardiez!

Qué pasa que no te gusta lo que lees, o que la verdad escuece?

Espera a la primavera, B... dijo...

¿Pardiez? ¿la verdad? Ahora en serio ¿de dónde sales tú?

Creo que si no te gusta lo que lees el que debería pasar eres tú. A mí lo único que me escuece es que haya gente como tú en el mundo.

Para decir estas tonterías mejor te abres un blog y las dices ahí.

Venga, si abres un blog yo te comento, palabra.

Ana Laura dijo...

Me llegó muy cerquita lo que escribiste, casi me pude ver en esa cama, o mejor dicho, me veo en mi cama en una situación muy, muy similar.

Me encanta como escribes, sos honesto, sensual y sin vueltas.

Un saludo.