martes, 10 de marzo de 2009

aguamar


Hace días que no sé qué escribir. Se me van secando las palabras en los dedos, mi cuerpo se hace añicos y se esparce con el viento. Sé que no es la mejor forma de salir de esto pero mi alma me pide que lo deje, que no pertenezca a esta eternidad hecha de lugares extraños a mí. Sí, me llega la idea de que debo reinventarme, me llega susurrándome al oído palabras ya olvidadas. Me siento raro al habitar de nuevo aquellos pensamientos en los que el final era el principio y viceversa. También quería decir que hace tiempo que no sueño, que me miro en el espejo y me reconozco, que he vuelto a coger las pesas más por rabia que por hacer deporte. Cuanto más hago más rabia tengo y más ganas de hacer pesas me vienen.
Pensé que nunca volvería a escribir pensamientos así, que se habían quedado en algún lugar del pasado. El pasado ya no existe. Sólo tengo este presente. Un presente diezmado, cargado de cuentas pendientes, de serviles notas del autor a pie de página que no saber ser por sí mismas, sólo son comentarios a una trama que transcurre en otra parte, en otra historia.
Siempre me estoy reinventando, siempre acabo por establecer un primer día de algo y ese algo es, en realidad, otra página en blanco, como esa manía mía de tener decenas de libretas empezadas, de historias a medias, de relaciones en las que nunca paso del primer beso.
A veces caigo en la cuenta de que cada entrada del blog es un comienzo truncado de una historia que no necesita ser contada, que es la misma excusa citada de otra forma, que mi única verdad son los ojos que leen lo que escribo...
Y puede que siempre parezca que me estoy quejando pero es que, tengo tanto amor... a veces lloro de lo mucho que puedo querer y de lo difícil que es que me salga.

Porque el amor es como agua: si no fluye se pudre y corrompe aquello que lo contiene.

Ayúdame a abrir las compuertas.

Y sé que a veces, en un sólo beso, he dejado por completo el alma.

3 comentarios:

Concha Barbero de Dompablo dijo...

Tony, es tan, tan sentido lo que escribes... No dejes de hacerlo, por Dios, aunque sólo nos muestres esas hojas en blanco. Se me eriza el vello.

Tienes mucho amor, dices... Si me permites "ayudarte", vuélcalo aún más en ti. Ahí no se corrompe, sino que se expande hasta rebosar y llegar a quien esté destinado/a a recibirlo.

Me gustaría escribir tan poéticamente como tú, pero... tiene que haber de todo en la vida ;-)

Un fuerte abrazo

Espera a la primavera, B... dijo...

Gracias por tu comentario. Me ayuda a seguir adelante. Me gustaría hacerte llegar algo para que me dijeras si te gusta, si a tu juicio voy por buen camino...

De nuevo, gracias.

Concha Barbero de Dompablo dijo...

Pues envíamelo a conchabarbero@hotmail.com . No lo podré ver por la mañana, pero ya te diré, con gusto.

Un abrazo