sábado, 1 de noviembre de 2008

El poder de las palabras inaudibles


El jueves fui a la presentación de un libro "El millor lloc del món és aquí mateix" de Cave Santos y Francesc Miralles (La profecía 2013, El laberinto de la felicidad) con Laura Takahashi. La presentación fue una auténtica delicia, con música de Hotel Gurú en directo y lectura de pasajes del libro por parte de Inés Mcpherson. A Inés la conocí en Alcázar de San Juan, un fin de semana literario hace más de tres años, ella también iba a la escola d´escriptura del ateneu y luego coincidimos en el curso de novela uno, pero ella se fue a la tercera clase. Inés, a quien le perdí la pista, tiene una dicción especial para contar cuentos. Contó un cuento precioso, sobre un loro que una niña tenía en su habitación y de repente empezaba a decirle por las mañanas a la niña "t´estimo" (te quiero). La niña no sabía dónde había aprendido eso su lorito porque ella no se lo había enseñado. Un día, se lo fue a decir a su padre. "Papá, mira lo que me dice el lorito". El padre se puso rojo. Entonces la niña, inmediatamente comprendió que su amigo con plumas había aprendido aquellas palabras de escuchárselas decir a su padre, que entraba en su cuarto por la noche antes de irse a dormir, cuando ella ya llevaba tiempo dormida y dándole un beso se lo decía. Me emocioné. Todo el mundo necesita saber que en algún lugar del mundo existe alguien que le quiere. Nos alimentamos de amor, del que damos y del que recibimos.

Ayer, Esther me dijo que a nadie le gusta escuchar las penas de los demás, que es mejor quedárselas dentro de uno y hacer como que no pasa nada. Así te aceptarán, así la gente no se irá de tu lado. Sí, es algo práctico, el "todo va bien" es un slogan que vende. Pero ¿sabes? no estoy de acuerdo. Soy un puto ser humano, que quiere, que siente, que tiene sueños, que tiene días buenos y días malos, que sale a la calle a comerse el mundo unas veces y otras sale con ganas de ser invisible. Alguien que, como tú, también necesita escuchar de una voz amiga, aunque sea mentira, que todo va a salir bien.
Lo que Esther me quería vender era totalmente falso porque ella tenía alguien incondicional a su lado, alguien que le hacía entender que estaban juntos para lo que hiciera falta. Lo que me quería decir con aquellas palabras era que habíamos pasado a ese segundo estadio al que pasan los amigos íntimos cuando el otro tiene pareja. No lo digo como un reproche, sólo es una reflexión, yo lo he hecho y me ha ocurrido otras veces, me volverá a pasar y lo volveré a hacer. Es una ley inmutable, como la gravedad o las tres leyes de la termodinámica. Y es lógico.

Hoy no es el primer día del resto de mi vida ni ninguna memez de esas. Hoy es sólo un día más, hace un frío que pela, llovió toda la noche, el día ha sido tristón y anochece muy pronto. Apetece estar en casa. Estoy leyendo El millor lloc del món és aquí mateix y me meto en la cama y me tomo una pastilla relajante muscular para el dolor de espalda.
Las once de la noche. Qué frío en los pies. Me voy a la cama.

Sólo una cosa antes de acabar esta entrada. Pase lo que pase, no me vendas que todo te va bien cuando te vaya mal y comparte tu alegría conmigo cuando te vaya realmente bien y asume que va a ser recíproco. Si no va a ser así, pasa de largo, sigue buscando, no sé qué estarás pensando en encontrar pero no es a mí, estás buscando otra cosa. Y en ese caso te deseo suerte.

PD: Esta entrada no va dirgida a nadie en concreto. Me veo en la obligación de decirlo porque creo que algunas entradas son interpretadas como mensajes cifrados o alguien cree reconocerse en ellas. No entran muchas personas en el blog, es cierto. El blog es un diario en voz alta y de vez, en cuando, un tablón de anuncios con retazos de la primera escritura de la novela. Es lo que es.

PD2: Si has llegado hasta aquí te mereces un besazo. Y te aseguro que pongo en él mucho de lo que soy y de lo que tengo.

1 comentario:

hécuba dijo...

Tengo la costumbre de leer los libros de cuentos y relatos sin ningún orden concreto. Tu blog es como un libro de esos y ahora que has decidido no escribir más y yo he decidido que no me puedo quedar sin tus palabras, elijo entradas al azar y las leo. Lo que no sé es si tú leerás esto.
Un beso :)